Los socorristas trabajaron durante una hora y utilizaron gran cantidad de agua para sofocar el siniestro y evitar que las llamas, que alcanzaban unos cinco metros de altura, se extendieran a otros inmuebles.
Alberto Pérez, propietario de la mueblería, dijo que sus pérdidas ascienden a Q100 mil y que el incendio pudo generarse por un corto circuito o por algún silbador o artefacto pirotécnico.
“Salí a desayunar y cuando regresé todo había sido reducido a cenizas”, comentó Pérez.
Rafaela López, propietaria de la humilde vivienda, lamentó lo sucedido y pidió apoyo del Gobierno o personas particulares, puesto que lo perdió todo y no tiene otro lugar para vivir.