“En todos los ámbitos de nuestra sociedad existen jerarquías, y cuando una persona alcanza el mayor rango, obtiene el derecho de utilizar el traje ceremonial”, explicó Óscar Boj, director del museo interactivo del traje indígena Vibo’z.
Boj indicó que si una persona utiliza el traje ceremonial y no tiene ningún cargo o título, es mal vista por la comunidad indígena.
El traje ceremonial de Quetzaltenango consta de dos piezas: el Ixcap, que es una cinta de tela que va en la cabeza, mide de 13 a 20 varas y está relacionada con los números sagrados del calendario.
El nim pot es un sobrehuipil de tres lienzos idénticos que van unidos por dos ramos de flores y tienen un bordado especial en el cuello. “Los diseños de los bordados están interrelacionados con la naturaleza, el cosmos y el ser humano”, refirió Boj.
El diseño del nim pot está basado en estrellas —cosmos—, un culebreado —k’uk’umatz—, pájaros —tzikín— y árboles —naturaleza—.
“Tienen siempre los mismos colores, que van ligados a cada punto cosmogónico: magenta, que corresponde al ajpú, la salida del sol; violeta, k’eme, donde el sol duerme; amarillo, Q’anil, la salida del aire; y el blanco, Iq’, la entrada del aire”.
Según Boj, en Quetzaltenango se ha utilizado el traje ceremonial desde hace más de 300 años.
“El huipil ha evolucionado, aunque el diseño que se usa actualmente es el mismo de hace 180 años, elaborado con seda natural y tinte morado criollo, pero como estos materiales están muy caros, ahora se utiliza rayón y seda artificial”, dijo el director.
CHIMALTENANGO
En Patzún, Chimaltenango, el huipil ceremonial es conocido como Palaqb’äl, y según el guía espiritual kaqchiquel Juan Yool Gómez, su diseño describe la historia de la creación del ser humano y la conformación de la familia.
El atuendo conformado por dos lienzos de tela roja con nueve franjas verticales cada uno. Las dos partes representan a un hombre y a una mujer luego de la creación, que son unidos en el centro por una costura a la cual llaman Q’o’oj, y representa a la unidad familiar.
El borde del cuello tiene una cinta en la que están tejidas 20 flechas verdes, azules y negras, que representan los senderos que el hombre y la mujer deben seguir con el Sol. Debajo se encuentra una franja con 20 espirales, que significan la fecundación, luego de la formación de la familia y la gestación de un nuevo ser.
También tiene una franja con líneas onduladas, que representa los días y noches que vive el ser humano. Más abajo hay figuras triangulares que recuerdan la creación del hombre y la mujer. Otra franja muestra el nik —flor cósmica—, la cual recuerda los tres espacios de la vida: el antes de nacer, la vida en la tierra y después de la muerte.
Sololá
El cofrade sololateco Manuel Coc Vásquez relató que el traje ceremonial masculino es idéntico al ordinario, pero se le agrega un paño negro —como delantal— sobre el pantalón, y se usa bufanda y chaqueta fabricados con lana de cabra.
El sute —pañuelo—, que utilizan a diario bajo el sombrero o alrededor de la copa de este, es más antiguo y fino cuando visten de gala.
En cuanto al atuendo de las mujeres, el traje ceremonial que visten se compone de corte y huipil de diseño antiguo; es decir, sin adornos, y de corte simple, pero de lana de cabra.
Además, el sute femenino —con adorno y de varios colores— es conocido como texeles y el cual es más largo.
Uno de estos le cubre la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de la cabecera de Sololá.