Un escolar escocés super en forma está trabajando para batir un récord mundial de atletismo, pero para conseguirlo tendrá que esperar hasta cumplir 60 años.
BBC NEWS MUNDO
El niño de 11 años que aspira batir un récord mundial de atletismo cuando cumpla 62
Seb Jellema, un niño francés de 11 años, desea entrar en los libros de récord del atletismo al superar una histórica marca; sin embargo, tendrá que esforzarse durante 49 años para lograrlo.
El escocés Seb Jellema, de 11 años, quiere romper el récord que ostenta una fallecida estrella olímpica británica.
Cuando Seb Jellema, de 11 años, se enteró de que el corredor inglés Ron Hill, corrió todos los días durante 52 años y 39 días, decidió que quería superarlo.
Desde enero ha corrido al menos 3 kilómetros todos los días, incluso en viajes escolares, vacaciones de esquí y bajo el calor sofocante de Francia.
Hill, quien participó en las olimpiadas de 1964 y 1972 y murió en 2021, corrió al menos 1,6 kilómetros por día desde el 20 de diciembre de 1964 hasta el 31 de enero de 2017, antes de poner fin a su carrera a los 78 años.
Para batir ese récord, Jellema tendrá que correr todos los días hasta principios de 2075, cuando tendrá 62 años.
“Comencé 16 años antes que Ron, así que espero que sea posible batir su récord. Tengo ese sueño”, dijo el chico, que lleva el nombre del también corredor olímpico de media distancia británico Sebastián Coe.
Ni la enfermedad ni el clima lo frenan
“Lo más difícil hasta ahora fue cuando estuve enfermo en noviembre, tuve que levantarme continuamente de la cama para correr”, relató.
“Me sentí mareado y fue muy difícil, pero me animé a seguir adelante porque no quería romper mi desafío y también porque hasta ahora he recaudado US$2.025 para caridad”, agregó.
La carrera más larga de Jellema fue el día de su cumpleaños en agosto, cuando recorrió 24 kilómetros, a través de las siete colinas que rodean a la ciudad Edimburgo (la capital de Escocia) en menos de cuatro horas.
“Hizo eso y luego celebró su fiesta de cumpleaños, así de loco está”, comentó su madre Claire Jellema, de 40 años.
“Cuando estuvo enfermo me sentí como una madre terrible cuando él salía a correr”, dijo.
Sin embargo, acto seguido aclaró: “Nunca lo hemos presionado para que haga esto y desearía que se tomara un día libre, pero está realmente comprometido”.
“Cuando fuimos a esquiar a los Alpes pensé que esta empresa terminaría pero no, logró correr arriba y abajo por las carreteras que estaban libres de nieve y hielo”, recordó.
El clima tampoco lo ha detenido, aseguró la madre del joven.
“En Francia, en verano, hacía un calor abrasador y casi lo mata corriendo, no podía respirar, sudaba y apenas se movía”, comentó.
Siguiendo el ejemplo
El fallecido corredor inglés Ron Hill, nacido en Lancashire, corrió incluso cuando en 1993 sufrió graves lesiones en el pecho en un accidente.
Decidido a mantener su historial, el atleta desafió las órdenes del médico y se escapó para correr más de un kilómetro con el esternón roto.
“Cuando mi madre y mi esposa salieron a hacer la compra semanal, caminé rápidamente hasta un tramo llano de la carretera cercana, corrí dos kilómetros de ida y dos de vuelta y estaba de nuevo en la silla antes de que regresaran”, comentó en una ocasión.
Hill incluso corrió con un yeso más de un kilómetro por día durante seis semanas después de una operación en el pie.
Una misión unificadora
A pesar de sufrir una fuerte caída en febrero, Jellema ha estado relativamente libre de lesiones durante todo el año.
Su madre aseguró que ella y su marido, Nick, se turnan para salir a correr con su hijo.
“Lo que ha sido maravilloso es que en las carreras charla con nosotros y se abre”, añadió.
“Antes no nos contaba ningún detalle sobre la escuela ni nada, pero cuando corre no se distrae con las cosas que suceden en la casa, así que nos cuenta cosas”, explicó la madre.
“Es mucho más hablador y relajado, ha sido muy dulce”, remató.
El reto ha hecho que Jellema haya tenido que ajustar los horarios de sus otros compromisos y pasatiempos.
Su líder scout lo llevó a correr todos los días durante un campamento y lo mismo hizo un maestro durante un viaje escolar a Lagganlia, en las Tierras Altas escocesas.
Hasta ahora, Jellema ha corrido 13.000 kilómetros y planea hacer otros 50 kilómetros antes de fin de año.
“Parece que ha sido un largo camino. Estoy muy orgulloso de mí mismo. El secreto es seguir corriendo”, dijo.
“Todos mis amigos me han estado animando y me encantaría agradecer a mis amigos Harrison y Amos por cómo me han animado para seguir adelante”, concluyó.
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