El ciclismo italiano, en fase de reconstrucción tras los casos de dopaje que salpicaron a algunos de sus ciclistas más reputados, cuenta con un sólo corredor capaz de ganar en las grandes vueltas; Vincenzo Nibali, triunfador del Giro el año pasado y ausente este año para preparar la conquistar del Tour de Francia.
Con su ausencia los aficionados italianos tienen depositadas sus esperanzas en dos veteranos, Michele Scarponi (34 años) e Ivan Basso (36), pero todo a punto a que esta edición del Giro tendrá color latino.
Quintana, segundo en el pasado Tour de Francia, se presenta como el teórico gran favorito. Pero el excepcional escalador de 24 años deberá superar dos problemas; compite en el Giro por primera vez y debuta como jefe de filas en una gran vuelta.
“Ahora tengo la presión del fracaso, tengo que calcular”, admitió el miércoles el ciclista colombiano.
En el polo opuesto ‘Purito’, de 34 años, tiene una dilatada trayectoria en las grandes vueltas y sueña con coronar los numerosos podios que ha logrado con su primera victoria. En el Giro 2012 rozó el triunfo y en 2011 fue cuarto.
Además, Rigoberto Urán, de 27 años y segundo en la pasada edición, espera subir un escalón, mientras que el veterano australiano Cadel Evans (37 años), tercero en 2013, busca concluir su dilatada trayectoria con otra gran victoria tras lograr el Tour en 2011.
Sin los hombres que se reservan para el triunfo en los Campos Elíseos; como Nibali, Chris Froome o Alberto Contador, el Giro puede también reservar una sorpresa, como ocurrió hace dos años cuando ganó el canadiense Ryder Hesjedal, que también estará en la salida de Belfast.
Le acompañará su talentoso compañero irlandés Dan Martin (27 años), con un gran potencial natural. “Mi resultado depende más de los otros que de mí”, dijo Martin, recuperado de una caída en la última curva de la Lieja-Bastoña-Lieja.
Tras el periplo por Irlanda, el regreso a Italia, a comienzos de la próxima semana, estará marcado por las numerosas llegadas en alto, incrementadas hasta nueve este año por la organización, diez si se incluye la contrarreloj individual en el Monte Grappa.
El suspense se espera para la última semana, en la que se acumulan los puertos tras el fin de semana dedicado a Marco Patani (etapas en Oropa y Montecampione).
Cuatro jornadas en altitud en el norte de la península (Gavia, Stelvio, San Pellegrino, Monte Grappa) que tendrán como punto culminante la ascensión al Zoncolan, en la víspera de la llegada a Trieste el 1 de junio, tras 3.449,9 kilómetros.
Pero antes de viajar a Italia, los 198 ‘Girini’ (participantes) deberán superar las tres etapas irlandesas, probablemente marcadas por la lluvia y el viento.
“Para la mayoría de nosotros esto es deconocido. Las carreteras son estrechas y todos querrán están delante”, vaticinó el experimentado Evans.