Surgió entonces, por detrás, una réplica gigantesca del trofeo de la Eurocopa y Oceana para interpretar la canción oficial del torneo, Endless Summer. Más ritmo y movimiento sobre el terreno de juego, mientras las banderas de todos los equipos participantes, los dieciséis de una competición que arrancó allá por el 8 de julio en el estadio Nacional de Varsovia, ya aparecían sobre el campo.
Terminó la ceremonia de clausura, saltaron los dos equipos al terreno de juego, vibraron las gradas del Olímpico de Kiev, con una esquina del estadio y parte del fondo, en lados contrarios, para ambas aficiones, la española más numerosa que la italiana, y llegó el momento de los himnos nacionales.
Ya estaba todo listo para el inicio del encuentro y de la cuenta atrás que antecede al comienzo de todos los partidos del torneo. 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… Y el comienzo de la final, el pitido del árbitro portugués Pedro Proena y noventa minutos o más por delante para definir el campeón de la Eurocopa 2012.