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Nada está decidido

Europa aún palpita en una Ryder Cup que tenía prácticamente perdida, gracias a los dos últimos puntos de ayer que han atenuado lo que parecía una ventaja intimidatoria de los Estados Unidos.

Ian Poulter (foto) y Rory McIlroy hicieron posible que el viejo continente aún se plantee batalla. (Foto Prensa Libre: AFP)

Ian Poulter (foto) y Rory McIlroy hicieron posible que el viejo continente aún se plantee batalla. (Foto Prensa Libre: AFP)

A falta de los 12 partidos individuales de hoy, los norteamericanos están en ventaja 10-6.

Sergio García y Luke Donald, y finalmente Ian Poulter con Rory McIlroy, hicieron posible en un dramático desenlace, en el hoyo 18, que los dos últimos puntos cayeran al saco del Viejo Continente y que aún se plantee batalla.

Los europeos necesitan ganar 8 de los 12 partidos que restan para empatar y retener así el trofeo, por ser el último campeón. Una tarea, no obstante, endiabladamente difícil.

Aunque también hay una cuenta más sencilla: a los Estados Unidos le basta con sumar 4.5 puntos —cuatro victorias y un empate— para levantar el diminuto, pero emblemático trofeo.

El resumen desde el comienzo del torneo hasta el umbral de los individuales es que los 16 encuentros por parejas, tras dos jornadas con sesiones dobles, fueron abrumadoramente dominados por los golfistas norteamericanos.

No hubo empates, curiosamente, pero de las seis derrotas locales, todas menos una (17) se escenificaron en el hoyo 18.

La Copa Ryder se ve medio llena para los intereses locales. Es la tercera vez, en las últimas quince últimas ediciones de esta competición, que los Estados Unidos afronta un domingo con ventaja.

El punto abultado —5 y 4— de Bubba Watson y Webb Simpson sobre Justin Rose y Francesco Molinari aseguró esta ventaja para el domingo de los duelos cara a cara.

El equipo estadounidense ya avanzó el doble de metros que el europeo —8 a 4—, tras los partidos matinales de foursomes —golpes alternos—. Tres de ellos cayeron hacia el bando local.

De esas tres victorias del equipo local hubo una especialmente sorprendente. Por el resultado, un abultado 7 y 6 —7 hoyos de ventaja y 6 por jugarse—, y porque Phil Mickelson y Keegan Bradley fueron otra vez los artífices de un monumento a la compenetración.