Durante sus 13 años en la NBA, el ala-pívot se ganó al público por su intensidad y su dureza y llegó a disputar un Partido de las Estrellas en 2001, cuando jugaba con los Heat de Miami.
Sin embargo, Mason es recordado principalmente por los cinco años que pasó con los Knicks de Nueva York en la década de los años 90, cuando el equipo de la Gran Manzana alcanzó las finales.
En aquel conjunto encabezado por el pívot Patrick Ewing, Mason era una pieza clave partiendo habitualmente desde el banquillo, lo que le valió el galardón de Sexto Hombre del Año en 1995.
Antes de recalar en los Knicks, Mason jugó una temporada en Turquía y pasó sin éxito por varios equipos de la NBA.
El exbaloncestista deja dos hijos que han seguido sus pasos y juegan a baloncesto aunque, por ahora, no han llegado a la NBA.