El Parque Olímpico debía ser administrado por un consorcio público-privado, pero la licitación no tuvo oferentes y en diciembre su gestión quedó en manos de la alcaldía de Rio y del ministerio brasileño de Deportes, lo cual acrecentó las incertidumbres sobre su futuro.
“Cuando llegué aquí, no vi nada en estado de abandono, sino solo algunas dificultades” , dijo Dias Mello. Habrá un periodo de “transición natural” para adaptar los espacios, pero estoy seguro de que vamos a conseguir cerrar un calendario que atienda al deporte de alto rendimiento y al deporte educativo, de inclusión social“, expresó el ejecutivo.
Ese proceso llevó ” más de dos años“en el caso de Londres-2012, pero en Rio, AGLO prevé que todas las instalaciones ya hayan servido nuevamente en las próximas semanas.
El velódromo acogió su primera competición postolímpica a finales de mayo y desde hace dos meses los atletas se entrenan allí cotidianamente, pese a la polémica provocada por la necesidad de dejar el aire acondicionado encendido día y noche, para preservar la madera siberiana de la pista.
El país sudamericano pretende ahora presentar su candidatura para organizar allí un Mundial de Ciclismo sobre pista.
En paralelo, se prevén numerosas actividades con niños de los barrios marginales de la zona.
Muchos proyectos fueron hasta ahora relegados, principalmente a causa de los recortes presupuestarios impuestos por la grave crisis económica que desde hace dos años sumió a Brasil en la recesión y dejó al estado de Rio al borde de la quiebra.
La Arena del Futuro construida con prefabricados, donde se jugaron los partidos de handball de los juegos, debían transformarse en cuatro escuelas para los barrios pobres de Rio, pero la alcaldía abandonó el proyecto, por falta de recursos.
“Hemos preferido priorizar la renovación de escuelas ya existentes”, dijo la vicesecretaria de deportes de la ciudad, Patrícia Amorim