Donald Sterling había desafiado la autoridad de su esposa para vender la franquicia de la NBA.
Shelly Sterling negoció el acuerdo en nombre de la familia después de que Donald fuera declarado mentalmente incompetente para llevar a cabo asuntos empresariales por dos autoridades médicas.
En abril, las grabaciones de Sterling haciendo comentarios racistas a su novia llevaron al comisionado de la NBA, Adam Silver, a suspenderlo de por vida del deporte y poner en marcha los procedimientos para despojarlo del equipo.