Así, los Cavs se colocaron a un paso de la final, a la que no llegan desde 2007.
El astro utilizó una banda ortopédica en la pantorrilla derecha, en la que sufrió calambres tan severos que llegó a solicitar su reemplazo el domingo, antes de cambiar de opinión.
En vez de abandonar la cancha, James soportó el dolor y aportó 37 puntos, 18 rebotes y 13 asistencias. Con esa actuación fenomenal, que paradójicamente comenzó con fallas en sus 10 primeros disparos, James ayudó a que los Cavs tomaran la ventaja por 3-0 en la serie.
James está golpeado pero no vencido. No va a permitir que algo lo detenga. No ahora, que está tan cerca de su quinta final consecutiva. “Cuando quieres ganar, sacrificas el bienestar de tu cuerpo”, explicó.
“De eso se trata”. De ganar el martes por la noche, los Cavs tendrán en la bolsa el título de la Conferencia del Este y recibirán algo de descanso antes de la final, en la cual enfrentarían a Golden State, que también tenía una delantera de 3-0 ante Houston de cara al encuentro del lunes.
James ha recorrido antes este camino pero nunca ha sido tan accidentado. La campaña de Cleveland ha estado llena de obstáculos: expectativas muy altas, problemas de química entre los compañeros, canjes y lesiones, incluidas las que sufrieron en postemporada el alero Kevin Love y el armador estelar Kyrie Irving, quien se ha perdido los últimos dos duelos por un problema en la rodilla izquierda.
James nunca ha estado en un equipo que haya tenido que superar tantas adversidades. Pero fue él quien lo predijo antes de la temporada. Hablo de que moldear un equipo para que peleara por el título representaría el mayor reto de su carrera.
“Sentí que lo sería y lo ha sido” , rememoró. Los Hawks han mostrado resistencia, pese a que están a punto de ser barridos. En el tercer duelo se recuperaron de un déficit de 10 puntos en el cuarto periodo, cuando parecían liquidados.
De no ser por algunas cuantas jugadas puntuales, Atlanta no estaría abajo por 3-0. Pero lo está, y ningún equipo en la historia se ha recuperado de una desventaja así. A pesar de la historia, los Hawks no se dan por vencidos.
“No importa lo que ocurra, tenemos que mantener la confianza”, indicó el alero Paul Millsap. “Creemos en nuestro equipo. Creemos en los jugadores que tenemos. Sentimos que podemos lograr algo especial este año o el próximo. Vamos a seguir. Esto no se acaba hasta que se acaba”.
Para James, esto sólo acabará bien con la conquista de su tercer título. De obtenerlo, podría fin a una sequía de 51 años de Cleveland sin un campeonato. “Esta ha sido mi meta desde que volví acá. No fue sólo por volver, sino por ganar”, indicó. “Esa es mi meta”.