La muerte de Podmore ocurre solo días después de haber publicado un mensaje en su cuenta de Instagram. “El deporte es una salida increíble para mucha gente. Una lucha muy gratificante. El sentimiento cuando ganas no se puede comparar a cualquier otro”, escribió.
“Pero las sensaciones cuando pierdes, cuando no eres elegido ni te has clasificado, cuando te lesionas, cuando no cumples con las expectativas de la sociedad, como tener una casa, casarte, tener hijos porque lo has intentado dar todo por tu deporte, esas sensaciones también son diferentes”, concluyó.
El debate sobre la salud mental se reaviva después de la muerte de la ciclista neozelandesa. Su esposo, Eddy Murray, – campeón olímpico – mencionó la valentía de Simone Biles y Naomi Osaka, otras atletas que han revelado los problemas que genera ser el foco de atención durante la carrera deportiva.
“Cualquiera que la hubiera visto en las últimas 72 horas no podría pensar que pasara esto. Se está hablando mucho de la salud mental de los atletas. Simone Biles y Naomi Osaka la han puesto en el foco después de sus propias dificultades personales. La pelea de Olivia fue la misma, y ahora tenemos un dato más en la estadística”, expresó.
Olivia Podmore formó parte de la delegación de Nueva Zelanda en los Juegos Olímpicos de Río 2016, así como en diferentes campeonatos internacionales del máximo nivel. Para la cita en Tokio 2020 no pudo clasificarse.
La Federación Neozelandesa de Ciclismo tomó distancia de las declaraciones de la ciclista y aseveraron que ponen interés en la salud mental de sus deportistas. Algunas de las hipótesis es que Podmore sufría de algún trastorno mental.
“En este momento para nosotros se trata de centrarnos en el bienestar de las personas que están aquí y tener que lidiar con esta pérdida”, argumentó el presidente ejecutivo de la federación, Jacques Landry.
“Habrá un tiempo para que revisemos y veamos si y dónde hubiéramos tenido pasos en falso o dónde no actuamos correctamente”, finalizó en una rueda de prensa.