El suizo no caía antes de los octavos de final en Melbourne desde 2001, pero hace catorce años era un jugador en progresión y todavía no tenía el nivel que alcanzó despues y que le ha permitido ganar 17 torneos del Grand Slam.
En los últimos diez años, Federer pasó siempre al menos tres rondas en los grandes, con la única excepción de Wimbledon en 2013, un año desastroso para él. Entonces cayó en la segunda ronda de la hierba londinense contra el ucraniano Sergiy Stakhovsky.
El público australiano se quedó así sin uno de sus grandes ídolos, en una edición donde ya se habían vivido algunos grandes sustos, especialmente con Rafael Nadal y Maria Sharapova en la segunda ronda, donde ambos estuvieron cerca de quedar eliminados ante rivales situados fuera del Top 100.