Mutkó recordó que Balájnichev “trabajó como presidente durante mucho tiempo” y que “durante los últimos años el atletismo sólo nos dio alegrías“.
“Simplemente que se han acumulado muchos problemas relacionados con el dopaje y otros temas“, señaló.
Con todo, subrayó que el porcentaje de dopados entre los atletas rusos es similar al de otras potencias atléticas como Estados Unidos o Gran Bretaña: un 2 por ciento.
“El sistema funciona. Le dedicamos (a la lucha contra el dopaje) ingentes recursos financieros“, comentó.
La pasada semana la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA) suspendió por dopaje a otras dos atletas, la campeona olímpica en 3.000 metros obstáculos en Londres (2012) , Yulia Zarípova, y la medallista en heptalon en los últimos dos Juegos (2008 y 2012) , Tatiana Chernova.
Este ha sido el enésimo escándalo en el atletismo ruso, ya que a mediados de enero la RUSADA ya suspendió por el mismo motivo que a Zarípova a tres campeones olímpicos de marcha: Olga Kanishkina, Serguéi Kirdiapkin y Valeri Borchin.
Además, también fue descalificado por tres años y dos meses Serguéi Bakulin, campeón mundial de 50 kilómetros en 2011, mientras en el caso de Vladímir Kanaikin, medalla de bronce en el Mundial de Daegu (Corea del Sur) en 2011, la suspensión es de por vida.
En noviembre pasado ya había sido descalificado Víctor Kolesnikov, director de la escuela de marcha de Saransk (Mordovia) , considerada la catedral mundial de esa disciplina atlética.
Kolesnikov fue apartado después de que fuera suspendida la última sensación de la marcha rusa, Yelena Lashmanova, -oro en Londres y campeona mundial en Moscú en 2013- tras dar positivo en un control fuera de competición.