Antes estas circunstancias, los tres mil deportistas participantes en el evento están deseando que comienza la competición y se hable un poco más de ellos.
Pero una ciudad tomada por 37 mil policías, cuando la población de Sochi es de 350 mil personas, hace que las medidas extremas de seguridad, para evitar atentados de los grupos islámicos de las repúblicas del Cáucaso del Norte, sean las protagonistas hasta ahora.
“La seguridad es tranquila. No me siento preocupada. Estoy segura y no me siento en una prisión. Los procedimientos son normales, como en otos Juegos” , afirmó a la AFP la abanderada brasileña en la ceremonia de apertura, Jacqueline Mourao, especialista en biatlón y esquí de fondo.
La celebración de los Juegos en Sochi, una estación balneario a 1 mil 400 kilómetros al sur de Moscú, era una obsesión para el presidente ruso Vladimir Putin, que ha conseguido que en el mismo lugar se dispute un gran premio de Fórmula 1 en septiembre.
La grandilocuencia de estos Juegos, lo más caros de la historia y los de mayores medidas de seguridad, también afectó a la llama olímpica, que recorrió unos 65 mil kilómetros a través de Rusia, el mayor trayecto de todas las ediciones del evento, en verano o invierno, con etapas en el Polo Norte, en el monte Elbrouz (cima más alta de Europa con 5.642 m) , en el lago Baikal e incluso en el espacio.
Pero es la seguridad la que ha convertido en protagonista y obsesión de los estos Juegos. La preocupación se ha acrecentado después de los dos atentados suicidas que causaron 34 muertos a finales de diciembre en Volgogrado, a 700 kilómetros de Sochi.
Todas las llamadas telefónicas y las conexiones a internet serán vigiladas por el poderoso Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) .
Pero el acontecimiento cuenta con un gran componente político. Algunos dirigentes occidentales ya lo han desairado, con el presidente estadounidense Barack Obama a la cabeza.
Tanto él como sus homólogos de Francia y Alemania han anunciado que no asistirán a la ceremonia de inauguración del viernes en el estadio Fisht de Sochi, que comenzará a las 20h14 locales, como símbolo del año de los Juegos.
Estas ausencias se interpretan como una protesta contra las violaciones de los derechos humanos en Rusia.
Entre los 44 jefes de estado y de gobierno presentes sí estará el presidente chino, Xi Jinping.
Otro aspecto conflictivo ha sido el trato que se dispensa en el país a los homosexuales. La aprobación de una ley en la que se prohíbe la “propaganda” homosexual ante los menores, con riesgo de prisión, ha provocado una controversia mundial, con múltiples llamadas al boicot de Sochi-2014.
En el aspecto deportivo, el biatleta noruego Ole Einar Bjoerndalen aspira a convertirse en el atleta con más medallas en una cita olímpica de invierno.
Bjoerndalen, 40 años y 11 medallas desde 1994, desconocido para el gran público fuera de los países escandinavos, sólo necesita un podio para alcanzar a su compatriota Bjorn Daehlie (12 medallas entre 1992 y 1998) , y situarse en el Panteón de las disciplinas invernales.
Para aumentar el interés en la cita de invierno, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha introducido 12 pruebas, repartidas en siete disciplinas.
Entre ellas, el salto de esquí femenino, la prueba por equipos de patinaje artístico, el slopestyle y la prueba de esquí acrobático en el halfpipe.
La gran figura del esquí alpino puede ser el estadounidense Bode Miller, de 36 años, y con un palmarés en el que lucen 5 medallas olímpicas, tres de ellas logradas en Vancouver-2010.
En las disciplinas técnicas (eslalon, gigante) la lucha se anuncia más intensa, con el austriaco Marcel Hirscher y el estadounidense Ted Ligety como favoritos.
En categoría femenina la gran ausente será la estadounidense Lindsey Vonn, lesionada en la rodilla, por lo que alemana Maria Riesch-Hofl, de 29 años, luchará como miembro de la vieja guardia contra la nueva ola; en la que destaca la también estadounidense Mikaela Shiffrin, de sólo 18 años.
En el patinaje artístico parece destinado a brillar el canadiense Patrick Chan, ya triple campeón mundial con 23 años.
Rusia ganó solo tres medallas de oro en los Juegos de Vancouver-2010, un resultado que fue recibido como una debacle nacional por la mayoría de los rusos, pero los expertos creen que esta vez obtendrán una cosecha ostensiblemente mejor.
Putin y Rusia han conseguido mantener en secreto el nombre de la personalidad que encenderá el viernes el pebetero. En un severo clima de seguridad parecen difíciles las filtraciones.