Fue un golpe de efecto del “Tiburón de Messina” , que ha visto como los dos principales candidatos, el británico Chris Froome y Contador, le dejaban el camino libre para que logre su tercera gran vuelta, tras haber vencido en la de España en 2010, en el Giro de 2013 y haber sido tercero en el Tour de 2013.
Aguardó al último puerto para asestar el golpe de gracia a un Tour que le tiende la mano. Nada más empezar las rampas de La Planche des Belles Filles, que se subía por segunda vez, tras la victoria de Froome en 2012, Nibali dejó el pelotón de los favoritos y se marchó a por la victoria.
Por delante quedaban supervivientes de la escapada, entre ellos el polaco Michal Kwiatkowski, sexto de la general y, por fases, maillot amarillo virtual.
Pero el “Tiburón” quería comerse la carrera y los fue adelantando a todos. “Purito” fue el último, cuando apenas quedaban dos kilómetros para la meta, los más duros, que se le hicieron terribles al catalán, que acabó rendido, superado por muchos otros corredores.