A pesar de sus cualidades técnicas y aptitudes en la modalidad de doble foso, prueba en la cual logró el histórico boleto a Río 2016 en el evento disputado en Chipre —el pasado 29 de abril—, el mayor de los hermanos Brol recalca que su fe lo tiene en la cumbre de su carrera.
“Todo esto se lo debo a Dios. Acepto que sin Él no podría ser lo que ahora soy y estar en este lugar. Yo sé que hay personas que logran grandes cosas, aparentemente solos, y me pregunto qué lograrían si lo tuvieran a Él… Es algo inimaginable”, asegura el tirador de 36 años.
Por Guatemala
“La Copa del Mundo, disputada en Larnaca, Chipre, fue la justa que presenció el momento más memorable en su carrera como deportista y el hecho de poder hacer resonar el nombre de Guatemala en un continente distinto.
“Creo que cada vez que escuchaban el nombre de Guatemala, muchos iban a Google a buscar en dónde quedaba… Cuando se acercaba la final, hasta me preguntaron que cuál era la bandera de mi país. El saber ahora que ya conocen mis colores es algo que no puedo describir. Fueron muchos sentimientos nuevos para mí”, cuenta Enrique Brol.
Enrique derribó 27 platos en la final, en Chipre, y quedó únicamente por debajo del italiano Antonino Barilla, quien completó su participación con 29 —en muerte súbita—.
“El nivel en todas las copas del mundo es altísimo. Espero poder seguir compitiendo en este tipo de eventos y prepararme de la mejor manera para representar de manera diga a Guatemala en los Juegos Olímpicos”, resalta Brol.
Para el deportista, los retos continúan. Próximamente, en julio, competirá en los Panamericanos de Toronto, tras haber logrado la clasificación en el Campeonato de las Américas, en Guadalajara, en el 2014.