Deporte Nacional

Enrique Brol consiguió su regalo más deseado

En un camino formado a base de éxitos y momentos dolorosos, el tirador nacional Enrique Brol aprendió la lección de un amor divino, que lo transformó, y que le permite materializar el sueño de clasificar a unos Juegos Olímpicos tras su histórica medalla de plata en la Copa del Mundo.

Enrique Brol, junto a su pequeño Jean Paul y su esposa, Cristina. (Foto Prensa Libre: Jeniffer Gómez)

Enrique Brol, junto a su pequeño Jean Paul y su esposa, Cristina. (Foto Prensa Libre: Jeniffer Gómez)

“Esto que estoy viviendo es algo que yo le pedí a Dios, tal cual. Es un milagro. Recuerdo que una noche antes de la competencia oré mucho y le pedí que me permitiera subir al podio y clasificar a Río 2016. Era el anhelo de mi corazón”, afirma Quique, con un semblante de gratitud.

A pesar de sus cualidades técnicas y aptitudes en la modalidad de doble foso, prueba en la cual logró el histórico boleto a Río 2016 en el evento disputado en Chipre —el pasado 29 de abril—, el mayor de los hermanos Brol recalca que su fe lo tiene en la cumbre de su carrera.

“Todo esto se lo debo a Dios. Acepto que sin Él no podría ser lo que ahora soy y estar en este lugar. Yo sé que hay personas que logran grandes cosas, aparentemente solos, y me pregunto qué lograrían si lo tuvieran a Él… Es algo inimaginable”, asegura el tirador de 36 años.

Por Guatemala

“La Copa del Mundo, disputada en Larnaca, Chipre, fue la justa que presenció el momento más memorable en su carrera como deportista y el hecho de poder hacer resonar el nombre de Guatemala en un continente distinto.

“Creo que cada vez que escuchaban el nombre de Guatemala, muchos iban a Google a buscar en dónde quedaba… Cuando se acercaba la final, hasta me preguntaron que cuál era la bandera de mi país. El saber ahora que ya conocen mis colores es algo que no puedo describir. Fueron muchos sentimientos nuevos para mí”, cuenta Enrique Brol.

Enrique derribó 27 platos en la final, en Chipre, y quedó únicamente por debajo del italiano Antonino Barilla, quien completó su participación con 29 —en muerte súbita—.

“El nivel en todas las copas del mundo es altísimo. Espero poder seguir compitiendo en este tipo de eventos y prepararme de la mejor manera para representar de manera diga a Guatemala en los Juegos Olímpicos”, resalta Brol.

Para el deportista, los retos continúan. Próximamente, en julio, competirá en los Panamericanos de Toronto, tras haber logrado la clasificación en el Campeonato de las Américas, en Guadalajara, en el 2014.

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