
No importa el lugar, mucho menos la distancia que haya que recorrer o las inclemencias del tiempo, ellos, también son los grandes protagonistas que le ponen la esencia y emoción cada vez que hay una vuelta ciclística.

Mientras los pedalistas hacen su trabajo en la carretera, la gente hace el propio a las orillas, apoyando por cada lugar que pase la caravana o concentrándose en la salida o en la meta para animar a cada uno de los protagonistas en bicicleta.

(Foto: Carlos Hernández Prensa Libre).
Podrán venir los mejores exponentes del pedal del mundo, pero sin la presencia del público, no sería lo mismo.
Animan a los corredores, buscan compartir con ellos, tomarse fotografías, algunas veces darles un empujoncito en la carretera cuando los ven cansados.

Barriletes, banderas, bocinas, cohetillos, aplausos y gritos son par del colorido que engrandece el evento y esto solo lo puede hacer el aficionado guatemalteco, que deja por un momento sus trabajos, labores domésticas o simplemente se estacionan en la carretera para verles pasar.

La pasión por el ciclismo, no tiene edades, lo apoyan desde los más pequeños, hasta los más grandes, hombres y mujeres, se podría decir que después del futbol, el ciclismo, es el deporte que más afición tiene en Guatemala, y por ello dejan postales inolvidables en cada kilómetro por donde pasa el pelotón multicolor.





(Foto: Carlos Hernández Prensa Libre).