“Estoy muy emocionada. Ahora ya no me afectan los nervios, pues practico este deporte desde que tengo 5 años. Quiero que las mamás se den cuenta de que uno, teniendo hijos, puede realizar sus sueños también”, señaló la atleta.
LA REVANCHA
Bárbara, de 28 años, intentó en mayo del año pasado conquistar la cumbre del Éverest, pero no pudo lograrlo por problemas técnicos.
“El año pasado tuve problemas económicos para poder ir con una mejor agencia, y el oxígeno fue lo que me falló; el equipo era de baja calidad. Ahora voy con una mejor empresa y todo debería de salir bien si la condición climática lo permite”, aseguró.
En cuanto a su preparación, la montañista comentó que practica en el volcán Acatenango, además del gimnasio, dos horas diarias. El lunes es el único día que descansa.
La experiencia de haber participado anteriormente en esta expedición es uno de los puntos a favor para Padilla.
“El año pasado me quedé a un día y medio de la cumbre. Esa experiencia fue una ayuda psicológica enorme porque sé a qué me estoy metiendo; lo que se siente, en dónde tengo que caminar y la diferencia de horarios”, enfatizó.