El corredor de Boyacá, Geovanni Báez, junto a sus compañeros del EPM-UNE, esperaba con ansias el ascenso y ayer no lo desaprovechó para hacerse con el triunfo de la etapa y el suéter amarillo como nuevo líder de la carrera.
La de ayer fue la tercera victoria de Báez en el país, luego de que en 2010 se impuso en la cronoescalada entre Salcajá, Quetzaltenango y el Mirador de Occidente, además de la llegada a Huehuetenango, victorias que le facilitaron el camino hasta hacerse con la corona hace dos años.
Poco después de haber cruzado la meta frente a la Basílica de Esquipulas, el colombiano aún no sabía si reemplazaba en el liderato a su compañero Robigzon Oyola, quien un día antes se colocó al frente, luego del ingreso a Teculután, Zacapa, pero tampoco mostró mayor sobresalto cuando se le confirmó que sí lo era.
“Gracias, estoy contento por este triunfo y por lo que ahora se logra en la general”, expuso de manera breve el ciclista, de 31 años.
“Había que aprovechar esto; en las etapas llanas no nos habían dejado ganar y ahora vino la montaña, que se nos da bien”, considera quien fue campeón de la Vuelta a su país en el 2008.
“Movistar aprovechó su terreno plano y sus llegadas en grupo en los primeros días, ahora nos toca a nosotros la montaña y hemos tenido fortuna con los triunfos”, explicó Báez, que siguió el plan establecido por el entrenador Gabriel Mesa.
“Siempre se planea de esta manera, aunque algunas veces sale y otras no; lo bueno es que hoy fue el día, aunque el ritmo fue bastante fuerte y al inicio venía cómodo atrás, pero luego logré recuperar”, señaló el líder, que hoy, en el regreso a la capital, tiene una tarea complicada en la defensa de su condición, por el ascenso a La Eterna, a más de mil 400 metros sobre el nivel del mar.
“La etapa que viene tiene bastante subida, pero así es esto, nadie dice que sea fácil y si Dios quiere mantendremos el puesto hasta el final de la Vuelta”, afirmó.
