Pero la vida le dio un giro repentino cuando estaba por cumplir 15; sus tiempos sobre la bicicleta no eran buenos.
“Mi papá me dijo que mis tiempos eran malos para poder ganar la vuelta ciclística de El Porvenir. Me indicó que me bajara de la cicle, que mejor hiciéramos atletismo, y ahí me fue bastante bien, porque empecé a ganar en el occidente”, afirmó.
Parte de su éxito está en la disciplina y el apoyo de sus padres. Su jornada de entrenamiento comienza a las 5 horas, con hora y media de fondo. A las 10 empieza a trabajar en el gimnasio, y por la noche hace 40 minutos de estiramiento para sacar todo el cansancio que acumula.
“Esto es algo que hago todos los días”, agregó.
El momento cumbre de sus sacrificios llegó el domingo recién pasado, cuando ganó el medio maratón Max Tott, imponiendo un ritmo vertiginoso y ganándole a corredores como Alberto González y el keniano Abraham Rutto.
“Es la primera vez que participo en una competencia de 21 kilómetros y que sea de esa magnitud”, señaló el atleta.
En el 2011 intentó por primera vez competir en un medio maratón, pero una sinusitis se lo impidió, al extremo de que tuvo que dejar las carreras oficiales por casi dos años. A mediados del 2014 recobró su ritmo.
“Recuerdo bien que tomaba muchos medicamentos, pero no me curaba, hasta que me descubrieron que era sinusitis. Pesaba cien libras para ese entonces; debido a la enfermedad llegue a pesar 92”, mencionó.
Después de lo hecho el fin de semana pasado, las metas ahora son más grandes para el sololateco, quien solo piensa en el duro y frío asfalto.