En casas, bares abarrotados y plazas con pantallas gigantes, el país se unió en el grito de “gol” cuando el zaguero Michael Umaña cobró el último lanzamiento de penal, el que le dio el gane a los ticos.
En la céntrica Plaza de la Democracia, convertida en la versión local del “fanfest” del Mundial, el estallido de júbilo fue unánime, con saltos de alegría, danzas improvisadas y abrazos al primer desconocido que aparecía por delante.
“Dónde están, dónde están, los que decían que nos iban a ganar” , coreaba una multitud que se lanzó a la calle con rumbo a la Fuente de la Hispanidad, en el este de la capital, punto de congregación de festejos públicos en el país.
“La Fuente” , como le dicen popularmente, era una marea de camisetas rojas, mientras a su alrededor circulaba gente a pie o en carro ondeando la bandera de Costa Rica y celebrando con el tradicional grito de “oe oe oe oe ticos, ticos” .
“Me siento como viviendo un sueño y no quiero despertar. No sé si reír o llorar, es mucha la emoción que nos dio la sele” , dijo Viviana Saborío, de 22 años, quien llegó a celebrar con el rostro pintado con los colores de la bandera.