El problema comenzó después que el árbitro sancionara una pena máxima en contra del Hertelendy. El jugador designado cobró la pena máxima y tras la anotación tres seguidores invadieron el campo y atacaron a patadas del juez central.
El árbitro recibió golpes de un buen número de aficionados y apenas logró resguardarse en el vestuario con la ayuda de dos guardias de seguridad, quienes también por momentos fueron atacados por la turba.
Según una publicación del diario Marca, de España, tras los incidentes el dirigente de la Liga Clorindense, Alejo Espinoza, se mostró horrorizado por la situación y aseguró que los agresores, a quienes acusó de borrachos y drogados ya estaban identificados.
Además, solicitó que los clubes tomen medidas antes tales incidentes y prohibir el ingreso de aficionados de ese tipo.