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Chuck Blazer, alias Señor 10%, pasa la factura en el escándalo FIFA

Durante dos décadas Chuck Blazer llevó adelante con estilo su papel de intermediario tras las bambalinas del futbol mundial, pero para salvar el pellejo se convirtió en el principal informante de la investigación de la justicia estadounidense contra la Fifa.

El aún presidente de la Fifa Sepp Blatter junto a Chuck Blazer, durante el 61 congreso de la Fifa. (Foto Prensa Libre: AFP)

El aún presidente de la Fifa Sepp Blatter junto a Chuck Blazer, durante el 61 congreso de la Fifa. (Foto Prensa Libre: AFP)

Con su barba y sobrepeso al mejor estilo Papá Noel, Charles Gordon Blazer, su verdadero nombre, fue siempre tan pródigo como generoso.

Pero este estadounidense de 70 años ya no reparte regalos entre las celebridades y las estrellas del futbol, con quienes tenía familiaridad, sino revelaciones que han sumido a la Fifa en la crisis más grave de su historia.

Ante el tribunal federal de Nueva York reunido a puertas cerradas en noviembre de 2013, Blazer desembuchó todo: los sobornos para designar las sedes de las Copas del Mundo de 1998 y 2010, las coimas para otorgar los derechos exclusivos de torneos, las empresas ficticias y las comisiones que le han valido el mote de “Señor 10%.”

De acuerdo con el sitio web BuzzFeed News, con sus actividades lícitas e ilícitas en el futbol habría amasado una fortuna de 21 millones de dólares.

Incluso grabó conversaciones comprometedoras con altos ejecutivos de la Fifa durante los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 con un dispositivo en un llavero que parecía salido de una novela de espías y que le proporcionó el FBI.

Podría pasar 20 años en prisión

Ex secretario general de la Confederación de América del Norte, América Central y el Caribe de Futbol (Concacaf) entre 1990 y 2011, miembro del Comité Ejecutivo de la Fifa entre 1997 y 2013, Blazer jugaba a lo grande: podría ser condenado a 20 años de cárcel por asociación para delinquir, fraude, lavado de dinero y evasión de impuestos.

Liberado tras pagar una fianza de 1,9 millones de dólares y gravemente enfermo (cáncer de colon, diabetes, problemas cardiovasculares), el extravagante y caprichoso ex hombre fuerte del futbol norte y centroamericano ha perdido su brillo.

Sin jamás haber pateado una pelota ni haber tenido grandes estudios, se convirtió en el gran financista del fútbol gracias a su don de gentes y a su sentido de los negocios.

Amplió luego su influencia a todo el continente americano y a todo el mundo del futbol gracias a su alianza con Jack Warner.

El expresidente de la Concacaf y vicepresidente de la Fifaes otro personaje central de este folletín que ha llevado a Joseph Blatter, apenas reelegido para un quinto mandato, a renunciar como presidente de la Fifa.

Gatos en apartamento de lujo

La justicia estadounidense sospecha que Warner, entre otros, ha recibido 10 millones de dólares para votar por la candidatura de Sudáfrica para organizar el Mundial de 2010.

Había prometido un millón de dólares a Blazer, quien apenas recibió 750.000 dólares.

En los mejores momentos de su imperio, Blazer se desplazaba por el mundo en jet privado, recorría las calles de Nueva York en un impresionante Hummer pagado por la Concacaf y alquilaba dos gigantescos departamentos, uno de ellos para sus gatos, su gran pasión.

En el mundo del balompié, ha tenido varias vidas: en la NASL, la liga estadounidense que conoció su era de gloria en los años 1970 con el New York Cosmos de Pelé y Franz Beckenbauer; los Miami Sharks, equipo desmantelado tras cuatro años de existencia; en la Federación estadounidense, luego en la Concacaf, donde creó la Gold Cup y la Liga de Campeones; y por último en la Fifa, donde fungió como presidente de la comisión de marketing y TV.

En ese periplo se fue enriqueciendo cada vez más, antes de decidir finalmente dar la espalda a sus examigos y socios, acorralados por el FBI y la justicia estadounidense.

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