“Un ejemplo: este sábado hay un combate de boxeo en Las Vegas y me gustaría coger a mi familia y mis amigos e ir a verlo. Y no puedo porque no tengo tiempo. No me puedo lamentar ahora porque me estoy sacrificando, entre comillas. Pero después quiero vivir como un rey”, añadió el jugador en esta entrevista que se realizó a principios de diciembre.
No obstante, el delantero del Real Madrid, tres veces Balón de Oro y candidato a un cuarto, no se pone todavía fecha de caducidad y asegura que “el fútbol va a terminar en cinco, seis, siete, diez años”.
Cuando termine su carrera, Cristiano cree que “hay otra vida”.
“Pienso que al principio me va a costar un poco, pero si ahora me preguntas si quiero ser entrenador, digo que no. Tampoco directivo de un club, ni presidente”, dijo a El Mundo.
El jugador, de 31 años, admite que algunos de sus gestos en el campo pueden haber dado una imagen de él que le ha creado detractores, pero “yo me voy a la cama todos los días con la conciencia tranquila y duermo bien. No podemos vivir obsesionados con lo que otros piensan de nosotros”.
Los gestos “me salen con naturalidad, no los planeo, los hago porque no me gusta perder. Y a veces me arrepiento. Mucha gente dice que no se arrepiente de nada. Es mentira. Yo al menos me arrepiento muchas veces. Pero eso también explica la persona que eres”, afirmó.
“Si soy así, si todo lo que he conseguido en el fútbol ha sido por ser así, no se me puede pedir que cambie. Si se me pide mejorar, lo acepto. Pero cambiar es muy complicado”, añadió.
El jugador, que no suele dar mucha publicidad a sus actos benéficos, admite que quiere crear una fundación para ayudar a niños.
“Es algo que estamos estudiando y que, sinceramente, me gusta”, dijo Cristiano, antes de añadir que “yo no creo que el papel social sea una obligación de un jugador de fútbol. La gente no puede pensar: 'Tiene dinero, tiene que ayudar'. No estoy obligado a hacerlo. Pero me siento bien ayudando a otros, poco o mucho”.