El Chelsea es uno de los 12 clubes que anunciaron el lunes la creación de una Superliga europea, un nuevo torneo casi cerrado y privado que ha sumido al fútbol europeo en una especie de guerra civil.
Manchester United, Manchester City, Arsenal, Tottenham, Liverpool, Barcelona, Real Madrid, Atlético Madrid, Juventus, AC Milan e Inter de Milán son los otros once clubes europeos promotores de una Superliga en la que tendrían asegurada su participación, sin depender de los resultados deportivos, y unos ingresos económicos a priori muy superiores a los que reciben en la actualidad por participar en la Liga de Campeones.
La mayoritaria oposición a este proyecto por parte de instancias deportivas, gobiernos, aficionados y muchos jugadores y entrenadores y las amenazas a que los clubes disidentes y sus jugadores puedan ser excluidos de las competiciones internacionales y domésticas habría llevado a los dirigentes del Chelsea a replantearse la situación.
Cerca de un millar de aficionados de diferentes clubes ingleses dejaron a un lado por un día su rivalidad deportiva y se concentraron alrededor de Stamford Bridge para mostrar su oposición al proyecto, este martes antes del encuentro del Chelsea contra el Brighton.
Pero incluso un par de horas antes de esta protesta, algunos medios ingleses informaron que el Chelsea ya estaba preparando la documentación para convertirse en el primer club que se retira del proyecto de Superliga.
Algunos medios, incluso, apuntan a la posibilidad de que el Manchester City también se retire.
“Chelsea y Manchester City están preparando su salida de la European Super League (ESL)”, la empresa que organizaría el nuevo torneo, informó la BBC.