Los ucranianos lograron el empate en las postrimerías del duelo gracias a una jugada en la que los futbolistas del Oporto se quedaron parados reclamando fuera de juego.
La igualada deja a ambos con un punto en el grupo G, ya liderado claramente por un Chelsea que aplastó por 4-0 al Maccabi.
El Dínamo de Kiev quiso acogotar a su rival en los primeros instantes y utilizó una presión muy alta para conseguirlo, aunque cambió de estrategia con el paso de los minutos y optó por cerrar líneas para dificultar la circulación de pelota de un Oporto al que le gusta controlar la posesión.
Desde el principio, los “dragones” mostraron cierta fragilidad defensiva que dio alas a los locales, con un centro del campo que no llegaba a las ayudas y que tampoco brilló en las labores de construcción y creación.
El primer susto lo dio Júnior Moraes en el minuto 8 al aprovechar un error de Casillas a la salida de un córner, cuando el guardameta español no blocó bien la pelota y cayó a los pies del delantero brasileño, cuyo remate, flojo, lo despejó con el pecho el uruguayo Maxi Pereira ya en boca de gol.
En su regreso a la Liga de Campeones después de dos temporadas sin jugar la máxima competición continental, el Dínamo volvió a mostrarse como un equipo correoso, pero no exento de técnica.
En el Oporto, el más activo fue el argelino Brahimi, pese a la estrecha vigilancia a la que fue sometido. El mediapunta se movió entre líneas como pez en el agua y se encargó de trasladar el peligro a las inmediaciones del área defendida por Rybka bien acompañado por André André, una de las sorpresas en el once.
El técnico de los “dragones”, Julen Lopetegui -que hoy no se sentó en el banquillo por sanción y vio el duelo desde la grada-, utilizó hoy un esquema 4-4-2 frente al 4-3-3 habitual, con un medio del campo más nutrido.
El conjunto ucraniano consiguió adelantarse en el minuto 19. El centrocampista Garmash se fue en velocidad de varios rivales por la derecha, puso un pase al centro del área para el portugués Veloso, y éste consiguió rozar la pelota para que llegase al capitán, Gusev, que superó la salida de Casillas e hizo el primero.
La respuesta por parte de los “dragones” fue inmediata, y apenas tres minutos después, un gran centro desde la izquierda -y a pierna cambiada- del mexicano Layún fue cabeceado a la red por el punta camerunés Aboubakar, sustituto esta temporada del colombiano Jackson Martínez.
La igualada reflejó lo ocurrido en la primera parte del partido, en la que ninguno de los dos equipos logró jugar con fluidez.
Aún pudo irse al descanso el conjunto local con ventaja de no haber sido por Casillas, que salvó con una gran estirada una volea de Garmash que botó en el césped y se colaba por la escuadra.
El receso vino bien a los portugueses, que lograron en la segunda parte tener más posesión y controlar el juego, aunque apenas llegaron con peligro.
De hecho, cerca estuvo de hacer el segundo Garmash -el mejor de los suyos- en el 74 en un disparo desde lejos que rebotó en la cabeza de Maicon y que por muy poco no se coló en la portería de Casillas.
El cansancio pareció afectar más al Oporto, que pese a ello reaccionó en los instantes finales. Primero avisó el mexicano Corona -entró para sustituir a un fatigado Brahimi- tras bajar con clase un pase kilométrico y lanzar un disparo que puso en problemas a Rybka.
Después de lanzar el córner, la pelota volvió al área a través de Maxi Pereira, que puso un centro envenenado desde el costado derecho que despejó defectuosamente el guardameta ucraniano y cayó en los dominios de Aboubakar, que controló el balón para enviarlo de un zurdazo a la red y hacer su segundo de la noche.
Sin embargo, los ucranianos apostaron el todo por el todo en el final del duelo y encerraron a su rival en el área. Garmash se quedó a centímetros en un remate de cabeza en el 82, y seis minutos más tarde Buyalskihy puso el definitivo 2-2, en un tanto muy protestado por los jugadores lusos.
El delantero ucraniano fue el más listo de la clase al continuar una jugada en la que la defensa de los “dragones” y el propio Casillas se quedaron inmóviles por un fuera de juego posicional de otro futbolista del Dínamo que no participó directamente.
Kravets incluso tuvo en sus botas una buena oportunidad para conseguir la victoria, pero su zurdazo se fue fuera por poco ya en el tiempo de descuento.