Después del partido del Chelsea ante el Southampton (1-1) a finales de diciembre, Mourinho declaró que había una “campaña” de los medios contra su equipo y afirmó que la tarjeta amarilla a Cesc Fábregas fue “un escándalo“.
La FA, que no ha castigado a Mourinho con partidos de sanción, considera que sus palabras fueron “inapropiadas y habían supuesto un descrédito al encuentro (ante el Southampton)“.
Durante este duelo Cesc vio una tarjeta amarilla por una simulación en el área.
Mourino consideró que el debate de los días precedentes en los medios acerca de las simulaciones de sus jugadores había creado presión sobre los árbitros.
“Evidentemente. Hay una campaña, una campaña clara“, había denunciado el entrenador de los Blues.