Están fuera de los sitios que otorgan boleto a la Liga de Campeones, tienen muchas dudas sobre su artillero Mario Balotelli, han relegado recién a su arquero titular y no encuentran la forma de apuntalar su endeble zaga. Un título? Parece imposible. Cuando mucho el Liverpool aspiraría a los primeros cuatro puestos, con lo que volvería a la Champions. Pero incluso para eso, deberá mejorar pronto.
Rodgers enfrenta el mayor desafío en su gestión de dos años y medio, pero en la última semana han surgido señales de que el Liverpool ha comenzado a andar el camino a la recuperación.
Y ese camino ha incluido un cambio en la formación y estilo de juego del equipo, en un intento por emular la fluidez ofensiva que mostró durante la campaña anterior. Rodgers ha implementado un 3-4-3, con una línea delantera veloz y fuerte, en busca de infundirle intensidad al cuadro.
Liverpool encontró la actitud buscada pero no el resultado. Cayó 3-0 ante Manchester United el 14 de diciembre. Pero una victoria por 3-1 sobre el Bournemouth en los cuartos de final de la Copa de la Liga y una buena exhibición el domingo, en el empate 2-2 ante Arsenal, han dado esperanza a Rodgers y a sus pupilos.
“No hemos adoptado este sistema por casualidad” , comentó el estratega. “Hemos dedicado muchas horas a meditar cómo podíamos aprovecharlo. Tenemos que trabajar más duro. Los jugadores se adaptan al club, y las actuaciones tendrán que mejorar”, aseguró.