Los avances en los preparativos van paralelos a las voces críticas que se escuchan a menudo contra el pequeño país del Golfo Pérsico.
Doha está siendo escrutada permanentemente. Provocó indignación internacional el arresto de dos equipos de periodistas extranjeros que querían cubrir las condiciones de los trabajadores migrantes en las obras del Mundial.
Los sindicatos pidieron a los patrocinadores que presionaran para lograr reformas y Amnistía Internacional publicará en breve un informe desfavorable.
Al Thawadi rechazó las críticas con optimismo: “Siempre hemos dicho que teníamos confianza en toda nuestra candidatura”.
Se estima que las obras han comenzado en más de los estadios previstos para el Mundial-2022.
El estadio para 80 mil espectadores sentados que acogerá la final se construirá en Losail, a 15 kilómetros al norte de Doha, según los planes de la agencia de arquitectura británica Foster+Partners, una de las de mejor reputación mundial.