James, el Principito, es el motor de una Colombia en perfecta forma y con equilibrio en sus líneas. Se convirtió en el hombre-gol del seleccionado por su visión de juego, llegando al área grande con propiedad y maneja los ritmos de un equipo ofensivo y constantemente vertical.
Ambos showman tienen 22 años, la que parecería es la edad del talento.
El brasileño es velocidad pura, drible irreverente y gol en el frente de ataque. James responde en el mediocampo con imaginación, pase preciso y también con goles.
– Recuperar a Neymar, cuestión de Estado –
Brasil avanzó a los cuartos de final de forma dramática, imponiéndose a Chile 3-2 en los penales, luego de una tarde complicada en Belo Horizonte, donde el 1-1 en los 120 minutos parecía el camino al purgatorio.
Neymar marcó desde el punto blanco, lloró con el paso a la siguiente etapa, pero la batalla en el Mineirao lo dejó maltrecho.
“Hoy (sábado) me gané unos cabellos blancos. ¡Estoy muerto!”, señaló Neymar a modo de resumen.
Luiz Felipe Scolari levantó la voz pidiendo protección para su astro y no ocultó su preocupación por el estado del menino del FC Barcelona, que terminó con el muslo derecho visiblemente inflamado y con mucho dolor para apoyar la pierna.
“Tiene 22 años pero ya tiene mucha experiencia, es un jugador maduro como de 35 años. Se toma con mucha naturalidad su juventud y tiene un muy buen nivel mental y en su vida demostró que ya estaba listo desde los 17 años. Cuando tiró ese penalti lo hizo como si lo hubiera hecho en su casa, en las calles de Santos”, comentó Felipao.
– James maradoniano –
James Rodríguez contabiliza cinco goles y es el máximo artillero del Mundial brasileño.
Marcó de a uno contra Grecia (3-0) , Costa de Marfil (2-1) y Japón (4-1) , en la primera fase, y ante Uruguay (2-0) en octavos se hizo inmortal en el Maracaná con dos anotaciones, especialmente la primera, al minuto 28, considerado el mejor gol que se ha marcado en lo que va de la cita.
El 10 del AS Mónaco dibujó una pintura controlando la pelota con el pecho de espalda al arco, giró y sin dejarla caer y con los ojos clavados en ella le pegó de zurda desde la frontal del área grande para clavarla arriba en el larguero, donde no llegó Fernando Muslera pese a su estirada.
Golazo, obra de arte, genialidad pura de alguien que es capaz de hacer ese tipo de maniobras de la nada y que a otros les llevaría horas de práctica.
“En mi experiencia larga dentro del fútbol he tenido en mis equipos a extraordinarios futbolistas de élite y aposté muchísimo con James porque veía condiciones de él superlativas”, aseguró el técnico colombiano, el argentino José Pekerman.
“Estamos en presencia de un jugador de primer nivel mundial, interpreta muy bien lo que yo necesito que se haga en conjunto, por lo que siempre pensé que éste iba a ser el Mundial de James Rodríguez”, remarcó.