Entre ellos, Liu Yuhang, un programador de 26 años que sigue la carrera del campeón del mundo desde hace una década.
“No es solamente un deportista, es un artista”, declaró este lunes el joven a la AFP. “Él da más sentido a mi vida. Se ha convertido en una suerte de fe para mí”, reconoce.
Cuando supo que Leo Messi estaría en China para disputar un partido, Liu Yuhang era ya consciente que no sería fácil ver de cerca y en persona a su ídolo.
Primero se unió al grupo de aficionados que esperaban a la estrella delante del hotel de concentración de la ‘Albiceleste’. Primer intento infructuoso.
Liu Yuhang se gastó entonces 2.000 yuanes (€260; US$280SI), una suma importante en China, para reservar una habitación en el establecimiento de cinco estrellas.
Pero de nuevo el intento no dio los frutos deseados ante la presencia de un amplio dispositivo de seguridad.
Su oportunidad se presentó el domingo por la tarde, cuando vio al seleccionador argentino Lionel Scaloni saliendo del hotel para acudir a la sesión de entrenamiento.
Liu Yuhang siguió entonces el autobús del equipo en bicicleta antes de, sudoroso, verse al lado de los jugadores en un semáforo en rojo.
La recompensa a su sudor: un breve saludo con la mano de Leo Messi así como un selfi a distancia con la estrella argentina, se hallaba sentado en la parte de atrás del vehículo.
“Estaba realmente feliz”, explicó Liu Yuhang. “Gasté no poco dinero al final. Pero si no lo hubiese hecho quizá lo habría lamentado toda mi vida”.
Los precios oficiales de las entradas para el partido Argentina-Australia van de los 580 a los 4.800 yuanes (de 75 a 625 euros; 81 a 672 dólares), pero se vendieron rápidamente.
“Intenté comprar uno, pero no lo logré”, declaró Liu Yuhang, que verá el partido por internet junto a sus amigos.