La Copa tuvo dos días sin partidos pero no sin sobresaltos. Para empezar, los equipos instalados en Santiago tuvieron que entrenarse en medio de los peores niveles de polución de los últimos 16 años.
Las autoridades locales decretaron la emergencia ambiental, con medidas drásticas contra el transporte automotor y la industria, pero en todo momento aclararon que no piensan afectar a la Copa América.
En el primer día sin futbol, Neymar se despidió de sus compañeros y tomó un avión de regreso a su país. La Confederación Brasileña había decidido no apelar la sanción de cuatro partidos contra su estrella, que lo apartaba del campeonato, aplicada por su participación en los incidentes del Brasil-Colombia.
Un día después, se conoció otro accidente de tránsito que estremeció al torneo. Esta vez no ocurrió en Chile, como el de Arturo Vidal ebrio con su Ferrari, sino en una calle de la ciudad uruguaya de Salto en la que el padre del delantero celeste Edinson Cavani embistió con su camioneta a un joven motociclista, que falleció.
A un día de los cuartos, Cavani decidió permanecer de momento en Chile pero el accidente y la detención de su padre son un mazazo para el jugador sobre el que descansan las esperanzas charrúas.
Cavani “evidentemente está afectado como estaría cualquier persona”, dijo Óscar Tabárez, entrenador de la Celeste.
Los cuartos llegan con muchas incógnitas por resolver. Los favoritos están ansiosos por convencer y los tapados por seguir sorprendiendo. Se acabó la tregua.
Con Luis Suárez ausente y Cavani golpeado anímicamente, Uruguay defenderá su corona ante el equipo que mejor futbol desplegó en la primera fase y al que empujará su afición en el estadio Nacional.
Para Chile llega la hora de la verdad. Solventada sin problemas la fase de grupos y aparentemente cerrado el escándalo Vidal, La Roja tiene que controlar la ansiedad y su tendencia lanzarse en manada hacia la portería contraria sin pensar en la propia.
Como inspiración para la proeza que quieren alcanzar, Vidal, Alexis Sánchez y compañía se sentarán a ver la nueva película sobre sus célebres 33 compatriotas mineros que sobrevivieron más de dos meses atrapados bajo tierra en 2010.
Incógnitas por resolver
El jueves será el turno del cruce entre Bolivia y Perú en Temuco. Sus técnicos, Mauricio Soria y Ricardo Gareca, han decidido esconder sus cartas para despistar a un rival que probablemente no se esperaban.
Ambos equipos sorprendieron al clasificar como segundos de sus grupos, especialmente Bolivia, que no llegaba a esta instancia desde el lejano torneo que organizó en 1997.
Perú, tercero de la pasada edición de Argentina-2011, ha sido uno de los equipos más sólidos hasta ahora y tendrá de nuevo en plenitud a su figura ofensiva Jefferson Farfán.
El viernes será el día en que el balón se volverá a encontrar con Lionel Messi.
Argentina, con todas sus estrellas deseando olvidar el pobre juego de la primera fase, se verá las caras en Viña del Mar con una Colombia en horas bajas que tendrá que reestructurar casi por completo su centro del campo.
Las ausencias de Carlos Sánchez y Edwin Valencia pueden decantar la posesión del lado argentino, con Colombia a la espera de que por fin se activen Falcao y James Rodríguez.
La serie de cuartos concluirá el sábado en Concepción con el Brasil-Paraguay, un choque que Neymar tendrá que ver por televisión desde la distancia.
Philippe Coutinho, Roberto Firmino y Robinho, el as en la manga que se guardaba Dunga, se han conjurado para demostrar que Brasil tiene otros talentos además que el de su joven capitán.
Enfrente tendrán un equipo de autor, la Paraguay del argentino Ramón ‘Pelado’ Díaz, que ya se las ingenió para robarle un empate a la albiceleste con una fulminante remontada.
Ahora va por la ‘canarinha’, otro gigante sudamericano al que Paraguay dejó en el camino en 2011 a esta misma altura del torneo.