Kanner, quien acudió a ese partido entre Francia y Alemania el viernes, dijo que la decisión de mantener a los espectadores dentro del estadio y dejar que continuara el partido después de las explosiones fue decisiva “porque hubiese ocurrido un pánica al estilo de Heysel”.
Kenner se refirió a la tragedia del estadio Heysel en Bruselas, donde 39 personas murieron aplastadas en una estampida durante la final de la Copa de Europa de 1985 entre Liverpool y Juventus.
“Los trágicos eventos (en el Stade de France) tuvieron un impacto limitado en cuando a la pérdida de vidas por el gran profesionalismo y la calma del personal del estadio”, dijo Kanner tras visitar el lugar con la ministra de Justicia, Christiane Taubira, y el secretario de estado para los deportes, Thierry Braillard.
Kanner también insistió que los ataques no deben tener un impacto negativo en la candidatura de París para organizar los Juegos Olímpicos de 2024.
Todavía no se sabe por qué los terroristas se detonaron afuera del estadio después que había empezado el partido, cuando la mayoría de los fanáticos estaban adentro. Al menos uno de los terroristas intentó entrar, a pesar de no tener un boleto, pero no se lo permitieron, dijo un oficial que habló bajo la condición de permanecer en el anonimato porque no estaba autorizado a hablar sobre la investigación.
“De cualquier manera, cuando alguien llega a un estadio con bombas para detonarse, es con el propósito de matar”, dijo Kanner. “Queremos agradecer a todos los que salvaron a 80 mil personas, a veces arriesgando su propia vida”.
Hace 30 años en Bruselas, aficionados del de Liverpool entraron a una sección del estadio Heysel donde había seguidores de la Juventus. Eso provocó que decenas de personas murieran al ser aplastadas o sofocadas mientras intentaban huir de la violencia. Otros fallecieron al ser aplastado por un muro que colapsó.
Aquel partido continuó, lo que permitió a las autoridades restablecer algo de orden y permitir la evacuación relativamente tranquila de los fanáticos de ambos clubes. Heysel fue reconstruido por completo y ahora se llama estadio Roi Baudouin.
Aunque las explosiones en el Stade de France sólo dejaron una víctima, al menos 129 personas murieron en otros ataques simultáneos en París esa misma noche.
Los atentados sembraron duda sobre la capacidad de Francia para garantizar la seguridad durante la Eurocopa del próximo año.
El ex futbolista francés Just Fontaine insinuó que Francia debe renunciar a organizar el torneo, su evento deportivo más importante desde la Copa del Mundo de 1998.
“Esta es una crítica fuera de lugar”, dijo Kanner. “Hemos demostrado que somos capaces de garantizar la seguridad de nuestros estadios, aunque aprenderemos lecciones (de lo que sucedió) para garantizar la seguridad de los fanáticos en los 51 partidos”.
Según Kanner, cerca de un millón de personas visitarán el país durante el torneo, que se disputará del 10 de junio al 10 de julio. Dijo que aumentarán las medidas de seguridad, pero agregó que “no se ha hablado sobre la posibilidad de cancelar la gran fiesta que será la Euro de 2016”.