Pero haber sido un gran jugador no te convierte en gran entrenador y Zidane, con 43 años y poca experiencia en los banquillos, deberá mostrarse a la altura de los 18 años de una carrera de excepción (1988-2006), llena de grandes victorias y alguna sombra.
Zidane pasó a formar parte de los grandes de este deporte impulsando a Francia a su primer campeonato del mundo en 1998, hecho que le valió levantar ese año el Balón de oro.
Creador del juego de la generación dorada del fútbol francés, 'Zizou' lo ganó casi todo, incluida la Liga de Campeones que dio al Real Madrid en 2002 con una volea antológica que todavía se difunde en las pantallas del estadio Santiago Bernabéu antes de cada partido.
Como entrenador deberá demostrar su carácter en el difícil banquillo del club blanco, sobre todo ante aquellos que a menudo le reprochaban no ejercer de líder fuera de los terrenos de juego.
Emblema de Francia
El tímido 'Zizou', nacido en Marsella en el seno de una familia argelina, estaba dotado de una técnica inusual. Pero su físico era algo débil y necesitó la confianza de muchos entrenadores para despuntar.
Por siempre jamás, para 60 millones de franceses será el hombre de la final disputada en París, en la que Francia arrolló a la todopoderosa Brasil por 3-0. “¡Zizou presidente!”, corearon un millón de aficionados en los Campos Elíseos: un ícono, el de la Francia multicultural, el de la Francia exitosa, había nacido.
Su estrella se agrandó todavía más con la Eurocopa del 2000 para Francia, un traspaso astronómico (75 millones de euros) de la Juventus de Turín al Real Madrid en 2001 y su retorno como salvador de Francia en el Mundial 2006 para culminar su carrera.
La historia terminó mal, sin título mundial y con una expulsión en la final por dar un cabezazo al italiano Marco Materazzi, prueba de un temperamento menos dócil del que parece transmitir.
Todas las cualidades
A pesar de ser un ídolo en Francia, o puede que por eso, Zidane vive tranquilamente en Madrid con su esposa Véronique y sus cuatro hijos, todos ellos jugando en el Real Madrid.
El mayor de ellos, Enzo, en homenaje al mítico exfutbolista uruguayo de River Plate Enzo Francescoli, ídolo de infancia de Zidane, estaba hasta ahora bajo sus órdenes en el filial del Real Madrid.
Apartado de los focos durante unos años, viviendo de sus rentas y dedicándose a actividades humanitarias, Zidane volvió al mundo del fútbol por sus ganas de “enseñar” y su “ambición” de llegar a entrenar un día a su selección francesa.
Su retorno fue paulatino: primero asesor desde 2009 del presidente del Real Madrid Florentino Pérez, después director deportivo, en 2013 se convierte en adjunto del entrenador Carlo Ancelotti con quien conquistó la Décima.
Desde verano de 2014, Zidane se asentó en el banquillo del filial merengue, aunque no obtuvo su diploma de entrenador hasta mayo de 2015.
Allí se confirmó poco a poco como un líder, sin dudar en alzar su habitualmente dócil voz. “Tiene todas las cualidades para entrenar un equipo grande y sobre todo el Real Madrid”, aseguró Ancelotti hace un año.
Las circunstancias finalmente lo propulsaron al primer equipo antes de lo previsto para alegría de la afición que todavía recuerda con nostalgia las grandes noches de fútbol que brindó Zidane al Santiago Bernabéu.