La principal fue cerrar la carrera de Derecho y cambiarla por la de entrenador de futbol, una determinación que enojó a su mamá.
Villatoro creció en uno de los barrios más pobres de Cobán, a pesar de que sus padres eran de clase media, siempre se rodeó de personas con escasos recursos económicos y fue por ellos que nació su deseo de incursionar en el futbol.
“Provengo de una familia de clase media, estudiaba la carrera de Derecho por las noches, la cual agradezco a mis padres porque me pagaron los estudios, y no me permitieron trabajar hasta que terminara la universidad —cierre de pensum—”, señaló Villatoro.
“Donde yo vivía habían niños que les gustaba el futbol y como hobby comencé a organizar equipos y ayudaba a los más necesitados con zapatos. Ahí me comenzó a gustar el deporte y empecé a estudiar para ser entrenador”, agregó.
Pero la vida le tenía preparada cosas mejores al hombre de las verapaces. Con apenas 23 años le llegó una oportunidad que lo puso entre los estudios y el futbol.
“A Cobán llegó un técnico español y me plantea la posibilidad de dirigir la Sub 15, no estaba dentro de mis planes por los estudios, pero lo acepté y fue así como comencé de manera formal”, indicó.
Mucho del éxito de Villatoro radica en su actitud perseverante y exigente, eso lo llevó a viajar a Costa Rica para profesionalizarse. En ese país conoció al entrenador Johnny Chávez y trabajó como su asistente en el equipo de Primera División —Liga Nacional en Guatemala— Pérez Zeledón.
“Es una persona a quien le debo abrirme la puerta en otro país y de quien le aprendí mucho”, manifestó.
Villatoro antes de llegar a Guastatoya estuvo al frente de Sayaxché, Carchá y Jocotán, todos en la Primera División.