Los cremas hicieron vibrar a sus miles de seguidores que colmaron el estadio Cementos Progreso, al doblegar por segunda ocasión a los rojos en la serie por el cetro del Torneo Apertura. El viernes último, en la ida que se jugó en el Mateo Flores, los merengues se llevaron la victoria con un contundente 3-0.
Municipal ofreció batalla, especialmente en el segundo tiempo, en donde mejoró su nivel de juego, pero le faltó mayor profundidad porque sus mediocampistas quedaron en deuda al producir poco hacia los delanteros, quienes recibieron pocos balones con ventaja sobre el rival.
Marvin el Titiman Ávila fue el hombre más peligroso de los escarlatas, mediante un remate al minuto 65 que obligó a JJ Paredes a anularlo. Después, al minuto 83, lanzó un tiro libre que de nuevo obligó al vuelo de Paredes, quien de manera sensacional mandó el balón al tiro de esquina.
Comunicaciones jugó con tranquilidad, aunque presionó con todo su fuerza al rival cuando uno de los escarlatas tuvo el control del esférico. Con ese panorama no hubo manera de hacer daño al dueño de casa.
LETAL AUTOGOL
Municipal trató de cambiar el adverso 3-0 de la ida, además de buscar ganar por orgullo el clásico, pero su futbol se quedó cortó.
La anotación que al final significó la victoria de los merengues fue otro regalo escarlata, que se sumó a las dos asistencias de gol que concedió en la ida y que situaron a los albos en ventaja de 2-0, en ese momento, tras el autogol de Claudio Albizuris, al minuto 11.
El tanto se gestó por el saque de manos que mandó al área el defensa Rafael Morales. Pezzarossi le ganó la posición al munícipe Sergio Trujillo y tocó con la cabeza el esférico, lo que dio lugar a la confusión entre Albizuris y Penedo, porque el primero tocó con la cabeza el esférico y la mandó a dormir al fondo.
El otro momento de peligro que generó Comunicaciones fue al minuto 29, cuando Jairo Arreola mandó un balazo que se estrelló en el poste derecho del marco del guardameta Penedo.
Los rojos fueron débiles en su producción de juego en el primer tiempo. Su futbol no apareció con efectividad, por lo que apeló al pelotazo. El único tiro al marco de JJ Paredes fue al minuto 45, cuando Édgar Méndez remató incómodo y la pelota saludo el poste derecho del capitán de Comunicaciones.
lágrimas
El entrenador costarricense Ronald González mojó la gramilla sintética del Cementos Progreso con sus lágrimas, ya que fue su primera reacción cuando el partido concluyó y que oficializó la corona. “Estoy contento por la victoria”, dijo.
Después empezó la fiesta blanca, cuando los jugadores dieron la vuelta del triunfo con la copa de campeón y fueron saludados por sus incondicionales aficionados en las gradas.