Para ser un técnico de futbol en Guatemala se debe estudiar y llevar al terreno de juego 32 cursos aprobados en tres años.
En el 2017 se realizó una reestructuración en el pensum de estudios de la Escuela de Entrenadores de la Federación de Futbol (Fedefut), con esto se pretende acortar la brecha en el déficit que Guatemala tiene en la calidad técnica táctica.
El nuevo plan también pretende fortalecer el futbol base; plasmado desde el nivel uno de la carrera. Se espera que los estudiantes puedan egresar con un respaldo académico piramidal, que les permita ejercer la profesión en cualquier parte del mundo.
El equipo revisó y reestructuró un currículo que estaba desactualizado del futbol moderno y que tenía una serie de errores.
Las fallas más dañinas en el marco de la Escuela de Entrenadores de la Fedefut se dieron en 1997 en el período de Rolando Pineda Lam, al frente de la Federación, y en el 2013 bajo el mandato del ahora procesado por actos de corrupción Brayan Jiménez.
Nivel 1 tiene un costo de Q2 mil, el alumno cancela Q1 mil al momento de inscribirse y dos cuotas de Q500 en los meses de abril y mayo.
Nivel 2 cuesta Q2 mil 500, Q1 mil en la inscripción y tres cuotas de Q500 en abril, mayo y junio.
Nivel 3 el valor se eleva a Q3 mil, se da Q1 mil en la inscripción y cuatro cuotas de Q500 en abril, mayo, junio y julio. Las tarifas aplican para los interesados en ser entrenadores de futbol, preparadores físicos y técnicos de Futbol de Playa.
El costo para la impresión de título en cada nivel es de Q100
Según el equipo de trabajo revisor, en esos años se avaló un curso para exjugadores que pasaron directamente al nivel tres sin cursar el uno y dos. “Se cometieron algunos errores de orden técnico administrativo con las administraciones anteriores”, indicó Raúl Cansinos, director de la Escuela de Entrenadores.
“Se avaló un curso sin pasar el nivel uno, que refuerza todo lo que es el futbol base que es el sustento del desarrollo del ese deporte, y el nivel dos que los eleva al plano juvenil y los faculta para dirigir en segunda y tercera división ya como profesionales”, agregó.
Al respecto Paz, expresó que el nivel tres le da la libertad de trabajar en cualquier parte del mundo al alumno y que si un miembro viaja al exterior, el país envía un correo a la Fedefut para verificar sus cursos aprobados.
Esto representa ahora un problema para los entrenadores de esos años porque no poseen una base de datos de los niveles uno y dos.
El dilema de las notas no es un tema nuevo. De 1996 hasta finales del 2006 no existen datos de los egresados, fue hasta el 2007 cuando la Contraloría General de Cuentas tomó control de las actas de los graduados que se empezó a tener información de los cursos aprobados en los tres niveles.
“Anteriormente no había notas no dejaron registró las administraciones anteriores, solo se consignó por ejemplo que Juan Pérez ganó el título tal, pero no tiene sus notas”, agregó Cansinos.
Error tras error
Uno de los grandes problemas que ha enfrentado la Escuela de Entrenadores es la superficialidad en el contenido de los niveles y el poco interés que le han dado las administraciones pasadas —Mauricio Caballeros, Comisión Normalizadora, Óscar Arroyo y Brayan Jiménez—.
“El contenido era muy superficial y no tenía un orden lógico. No había una descripción de cada asignatura en los cursos y no existían objetivos trazados”, expresó Paz.
“Entonces separamos los cursos básicos de la especialidad y los profesionales. El nivel uno trata del futbol base, el dos lo especializa y el tres lo profesionaliza”, agregó.
Retraso
Según Mario Cuellar, del área de desarrollo deportivo, debido al desorden que había perdurado en el pensum, “Guatemala tiene casi una década de retraso deportivo que se manifiesta en la deficiencia técnica de los jugadores juveniles. No se ha desarrollado una gama de jugadores ambidiestros con habilidades deportivas desarrolladas de acuerdo a lo que vive actualmente el mundo”, consideró.
Cuellar agregó que cuenta con entrenadores —la mayoría extranjeros—, pero no formadores de jugadores y el déficit solo se cortará con la formación de entrenadores especializados en el manejo de las fuerzas básicas.
“Con este nuevo plan podremos acortar la distancia, pero aun tardaremos uno cinco años más en cuanto a hacer un cambio generacional con nuevos jugadores, nuevos entrenadores y nuevos formaciones de jugadores”, agregó el experto.