Con paso lento, pero seguro y sin olvidar la técnica que le permitió llegar a ser uno de los goleadores más memorables del futbol guatemalteco —tres veces en forma consecutiva—, Anderson domina el balón ante la mirada de admiración de los pequeños escarlatas, que escuchan respetuosos y atentos sus sabios consejos.
Tener una vida disciplinada, alejados del licor y las drogas, así como no trasnochar, son algunas de las recomendaciones que les da el segundo anotador histórico de los rojos —193— a los pequeños soñadores para que lleguen lejos en el mundo del futbol.
El exdelantero les recalca que deben tener compromiso con los colores del uniforme del equipo al que representen y jugar con garra, algo que asegura se ha perdido mucho en las actuales generaciones de futbolistas.
“Los salarios de antes eran bajos. Jugábamos por amor al deporte y no al dinero”, recuerda Anderson. Asegura que los honorarios que devengó durante su vida deportiva eran entre Q100 y Q600.
“Solo en el Atlético Potosí, de México, gané en dólares. Acá los salarios eran bajos. Insisto, jugábamos por pasión. Ahora a los futbolistas les falta compromiso y que sientan la camisola”, dijo.
Inicios
Julio César recuerda que sus primeras patadas al balón las dio también en un campo de tierra, en su natal Tiquisate, Escuintla. Su primer equipo profesional fue Suchitepéquez, en 1967. Pasó a Municipal dos años después, club con el que conquistó tres títulos de goleo —1974, 1975 y 1976—.
El Morocho confiesa que formó una dupla de lujo con el argentino José Emilio Mitrovich, con quien se conocían de memoria, y de quien guarda gratos recuerdos. “Sabía dónde iba a correr y cómo iba a definir”, explica.
Anderson cuenta que cuando estaba en Suchitepéquez lo pretendían Municipal y Comunicaciones. Escogió a los rojos porque fueron quienes mostraron mayor interés en hacerse de sus servicios.
“Los cremas dijeron que querían contratarme pero nunca me buscaron. En cambio los rojos llegaron con su directiva a Mazatenango a pedirme que jugara con ellos”, señala.
Además de jugar con Municipal y Suchitepéquez, Anderson también militó en otros equipos nacionales como Cobán Imperial, Aurora FC, Antigua GFC y Xelajú MC, así como con la Selección Nacional, con la que disputó los Juegos Olímpicos de Montreal 1976.
Radicado en Nueva York, Estados Unidos, añade que se debe trabajar mucho para que el futbol de Guatemala vuelva a destacar y que se consigan grandes triunfos como el de la victoria de Municipal en el torneo de clubes de la Concacaf — 1974—.