Treinta minutos de caminata y el ascenso por más de cien peligrosas gradas se convierten en el primer escollo que debe esquivar Quintana, de 77 años, para acudir a un centro asistencial de la zona 9 y cumplir con sus acostumbradas terapias.
Hiiginio Quintana, aficionado de Municipal.
Después de tomar cuatro camionetas, de formar una larga fila para ser atendido por los médicos y de caminar durante una hora, el anciano, oriundo de Canillá, Quiché, regresa a su humilde casa, ubicada en el asentamiento Veinticuatro de Diciembre zona 7, para colocarse la camisola de Municipal, club que se robó su corazón en el lejano 1961.
“Irle a los rojos es el mayor orgullo que tengo, aunque en los últimos años me han hecho sufrir”, confiesa, al tiempo que se da gusto seleccionando la camisola escarlata que se colocará para apoyar a su equipo.
“Tengo siete playeras de los rojos. Trato de ponérmelas seguido; son mi mayor tesoro”, señala el ferviente aficionado edil, que se dejó cautivar por el equipo capitalino debido a los jugadores talentosos con los que contaba a inicios de la década de los años sesenta.
“Era un espectáculo observar a Daniel Salamanca, Tony Ewing, Héctor Bolaños, Omar Muracco, Alberto Oliva y Ricardo Clark, entre otros”, dijo mientras se acomodaba una gorra roja.
Al momento de colocarse la elástica edil, sus ojos terminan de iluminarse y la ilusión de aquel joven que asistía al extinto estadio Autonomía regresa con fuerza a su mente y corazón.
“Eran otras épocas. Se vivía con más emoción los partidos. Pese a ello sigo acompañando a Municipal, más en los juegos de local”, asegura, quien sufrió en carne propia la derrota de los ediles en la final del Apertura 2016, frente a Antigua GFC.
“Sufrí en el estadio y no me quedó de otra que llorar la derrota. Le faltó casta a los jugadores para salir airosos”, se lamenta aún Higinio.
Antes de dirigirse al estadio Manuel Felipe Carrera, el apasionado por los rojos, quien subsiste recolectando latas, presume una pequeña marimba que adorna su casa de lámina y de madera.
“Me encanta la marimba, pero no más que Municipal. Es otra de mis grandes pasiones. No me gusta la música que hay en la actualidad”, refiere mientras le coloca candado a la puerta principal de su casa y comienza su viaje para asistir al recinto munícipe.