Fútbol Nacional

“De donde vengo, soñar no es una opción”: Gloria Aguilar, la inspiradora historia de la futbolista guatemalteca de la Bethania

La jugadora de Unifut, Gloria Aguilar, ha construido una carrera exitosa como futbolista, a pesar de los obstáculos

|

Gloria Aguilar, futbolista guatemalteca que militar en el equipo Unifut-Rosal. Foto Prensa Libre: Byron Mendoza)

Gloria Aguilar, futbolista guatemalteca que militar en el equipo Unifut-Rosal. Foto Prensa Libre: Byron Mendoza)

El mundo ha cambiado en los últimos años. Décadas. Con sus distancias, Guatemala, también lo ha hecho. Gloria Aguilar ha sido testigo de ello y también ha contribuido para que exista tal transformación, específicamente en el futbol femenino y en la incesante búsqueda de la igualdad.

Allá, a finales de los años 1990, ser niña era un punto en contra para practicar balompié, un deporte que durante años fue considerado exclusivamente para hombres. Crecer en la colonia Bethania, zona 7, tampoco era una ventaja. Además, la falta de recursos económicos le impedía a Gloria ilusionarse con lograr algo extraordinario en la vida.

En 2014, Gloria Aguilar, recibió y aceptó su primera convocatoria a la Selección Nacional de Guatemala; juega como delantera, mediocapista y defensa. Foto Prensa Libre: Cortesía.

“Tenía 8 años cuando empecé a chamusquear en las canchas de tierra de la Bethania. De donde vengo, soñar no es una opción. No tenía una visión”, recuerda. “Era la única niña, aunque a veces iba con mi hermana Karina. Ahora es muy diferente, y eso es algo que me alegra mucho porque las niñas ya no tienen que jugar solo con hombres”, afirma la seleccionada nacional.

Durante su niñez, Gloria jugaba como delantera en un equipo de niños. No fue fácil. “Recuerdo que en un partido driblé a un rival y la gente comenzó a gritar y a molestarlo: ‘¡Una niña te gana!’, le decían, y reían. Él corrió y me alcanzó, me cometió una falta y fue tan fuerte que caí y se me partió la lengua en dos”, recuerda.

La también mediocampista y defensa salió del campo con la camiseta teñida en sangre. Ese percance la dejó fuera de las canchas hasta los 17 años, pues temía que se repitiera.
Una pasión sin interés por el dinero

Para la jugadora de Unifut-Rosal, equipo multicampeón de la Liga Nacional Femenina de Futbol, pisar el terreno de juego y patear la pelota es su pasión. No es prioridad el hecho de recibir un cheque cada quincena, aunque sin duda lo necesita para vivir.

“Siempre he puesto el futbol primero, porque es lo que yo amo. En mi primer trabajo, cuando tenía 18 años, me pusieron a elegir. Yo tenía que ir a jugar partidos y pedía muchos permisos para faltar, y al final me despidieron. Pero siempre he encontrado la manera de seguir adelante”, expresa.

En enero del 2020, Gloria impartió una clínica de futbol gratis en la cancha de San Nicolás, zona 4. Foto Prensa Libre: Cortesía.

Y aunque asegura que de niña no se permitía soñar, gracias al balón y a su talento Gloria ha alcanzado metas que nunca imaginó, como jugar con la Selección Femenina de Guatemala o vestir los colores de algún equipo de la Liga Nacional; mucho menos conocer otros países.

“En la Bethania, uno no piensa que algún día se va a subir a un avión. Yo lo logré con la Selección Nacional”, cuenta, con satisfacción. Pero más allá de viajar a Estados Unidos o a El Salvador, la mediocampista se convirtió en legionaria en el 2017.

Fue una aventura en el Alianza Petrolera de Colombia. Estuvo seis meses también junto con las guatemaltecas Yoselin Franco y María Amanda Monterroso. Una experiencia que atesora de manera especial.

“Hasta hace tres años pude comprarme mis propios zapatos para jugar. Yo creo mucho en Dios y sé que Él ha puesto en el camino a personas para que me ayuden, porque desde siempre me han donado tenis y también jugué con zapatos prestados”, revela quien se considera una mujer feliz por hacer lo que ama y esa ha sido la clave durante su recorrido como futbolista.