Los principales actores: dirigentes, futbolistas, árbitros, técnicos, patrocinadores y la administración estatal continúan dispersos y hasta que no emerja un proyecto serio, dispuesto a cambiar el aniquilado sistema, las perspectivas seguirán siendo las mismas.
Los factores
El 2016 comenzó un tanto alentador cuando, el martes 5 de enero, la Federación Internacional de Futbol Asociación (Fifa) impuso un comité de regularización en la Federación Nacional de Futbol (Fedefut), luego de los escándalos de corrupción en la administración encabezada por Brayan Jiménez Hernández.
Siete días después, Jiménez, quien se mantuvo prófugo de la justicia durante más de un mes, fue capturado para luego ser extraditado a Estados Unidos, el 1 de marzo.
En territorio estadounidense, el exdirigente se declaró culpable de los cargos relacionados con el escándalo de corrupción denominado FifaGate. Jiménez aceptó en la Corte Federal de Nueva York los cargos de complot para cometer delitos de crimen organizado, conspiración y fraude electrónico y está a la espera de su condena, que podría ser de hasta 40 años de cárcel.
Dopaje
El primer gran desafío para el ente regulador ocurriría inmediato, el 26 de enero, debido al caso de dopaje de cuatro jugadores —Alexánder Robinson, Alejandro Díaz, Víctor Ayala y Leonel Aroche— del campeón Antigua GFC.
El castigo para los futbolistas, que fueron suspendidos de toda actividad durante cuatro años, le generaría nuevos problemas a la cúpula dirigencial, luego de que el tribunal de honor de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) le entabló juicio por mal procedimiento.
La acción interpuesta por los jugadores coloniales alarmó a la Fifa, que informó que no aceptaría injerencia de terceros y que la Fedefut podía sufrir las consecuencias.
El adiós a Rusia 2018
Mientras la alta dirigencia a redefinía su ruta de trabajo, la Selección Nacional se preparaba para establecer el rumbo hacia el Mundial de Rusia 2018.
El 2 de septiembre, la Azul y Blanco marcó el camino hacia el fracaso, luego de haber empatado 2-2 contra Trinidad y Tobago, de visita, y Rusia terminó desvaneciéndose.
Cuatro días después goleó 9-3 a San Vicente y Las Granadinas y cerró su participación en el tercer lugar del grupo C, por detrás de Estados Unidos y los trinitarios, que avanzaron a la hexagonal final de Concacaf.
Veinticuatro horas habían transcurrido de la eliminación de la Sele cuando el tribunal de honor de CDAG resolvió suspender al comité de regularización por incumplimiento de responsabilidades.
La acción desató la ira de la Fifa, que otorgó un plazo hasta el 1 de octubre para revertir el fallo del Tribunal, de lo contrario la suspensión al futbol nacional sería inminente.
Le tocó el turno de jugar a CDAG y el ente pudo revertir el castigo. Antigua y Suchitepéquez, que participaban en la Liga de Campeones de la Concacaf, lograron terminar la competencia con más pena que gloria.
Temible suspensión
La gota que derramó el vaso fue la actitud desafiante que asumieron 34 asambleístas, el 25 de octubre, quienes no aprobaron la ampliación al mandato del ente normalizador, pese a que era una directriz de la Fifa.
Al máximo ente se le acabó la paciencia y suspendió al balompié nacional y aún fue más allá: indicó que no retiraría el castigo hasta que no sea aprobada la reforma estatutaria. Los combinados nacionales fueron los primeros en experimentar el temible correctivo.
La brasa se mantiene ahora en el Congreso de la República, el que deberá aprobar una enmienda a la Ley Nacional de la Cultura Física y el Deporte para que la ansiada modificación a los estatutos logre concretarse.