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Guatemala cierra un año oscuro en el futbol 

 El escenario de la tragedia volvió a reinar durante el 2016 en el futbol guatemalteco, que sigue sin encontrar la fórmula para resurgir, repartir alegrías y mostrar mejores resultados.

La afición guatemalteca sufrió la eliminación al Mundial de Rusia 2018. (Foto Francisco Sánchez).

La afición guatemalteca sufrió la eliminación al Mundial de Rusia 2018. (Foto Francisco Sánchez).

El evidente estancamiento obedece a una  estructura que sigue repartiendo tristezas y frustraciones entre los aficionados guatemaltecos, quienes se han mantenido alejados de los recintos deportivos y han preferido apoyar a representativos del plano internacional como el Barcelona, el Real Madrid, Boca Juniors y River Plate.

Los principales actores: dirigentes, futbolistas, árbitros, técnicos, patrocinadores y la administración estatal continúan dispersos y hasta que no emerja un proyecto  serio, dispuesto a cambiar el aniquilado sistema, las perspectivas seguirán siendo las mismas.

Los factores

El 2016 comenzó un tanto alentador cuando, el martes 5 de  enero,   la Federación Internacional de Futbol Asociación (Fifa) impuso  un comité de regularización  en la Federación Nacional de Futbol (Fedefut), luego de los escándalos de corrupción en la administración encabezada por  Brayan Jiménez Hernández.

Siete días después, Jiménez, quien se mantuvo prófugo de la justicia durante más de un mes, fue capturado para luego ser extraditado a Estados Unidos, el 1 de marzo.

En territorio estadounidense, el exdirigente se declaró  culpable de los cargos relacionados con el escándalo de corrupción denominado FifaGate. Jiménez aceptó  en  la Corte Federal de Nueva York los cargos de complot para cometer  delitos de crimen organizado, conspiración y fraude electrónico y está a la espera de su condena, que podría ser de hasta 40 años de cárcel.

Dopaje

El primer gran desafío para el ente regulador ocurriría inmediato, el 26 de enero, debido al  caso de dopaje de cuatro jugadores —Alexánder Robinson, Alejandro Díaz, Víctor Ayala y Leonel Aroche— del campeón Antigua GFC.

El castigo para los futbolistas, que fueron suspendidos de toda actividad durante cuatro años, le generaría nuevos problemas a la cúpula dirigencial, luego de que  el tribunal de honor de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) le entabló juicio por mal procedimiento.

La acción interpuesta por los jugadores coloniales alarmó a la Fifa, que informó  que no aceptaría injerencia de terceros y que la Fedefut podía sufrir las consecuencias.

El adiós a Rusia 2018

Mientras la alta dirigencia  a redefinía su ruta de trabajo, la Selección Nacional  se preparaba para establecer el rumbo hacia el Mundial de Rusia 2018.

El 2 de septiembre, la Azul y Blanco marcó el camino hacia el fracaso, luego de haber empatado 2-2 contra Trinidad y Tobago, de visita, y Rusia terminó desvaneciéndose.

Cuatro días después goleó  9-3 a San Vicente y Las Granadinas y cerró su participación en el tercer lugar del grupo C, por detrás de Estados Unidos y los trinitarios, que avanzaron a la hexagonal final de  Concacaf.

Veinticuatro horas habían transcurrido de la eliminación de la Sele cuando el tribunal de honor de  CDAG resolvió suspender al comité de regularización  por incumplimiento de responsabilidades.

La acción desató la ira de la Fifa, que otorgó un plazo hasta el 1 de octubre para revertir el fallo del Tribunal, de lo contrario la suspensión al futbol nacional sería inminente.

Le tocó el turno de jugar  a  CDAG y el ente  pudo revertir el castigo. Antigua  y Suchitepéquez, que participaban en la Liga de Campeones de la Concacaf,  lograron terminar la competencia con más pena que gloria.

Temible suspensión

La gota que derramó el vaso fue la actitud desafiante que asumieron 34 asambleístas, el  25 de octubre, quienes  no aprobaron la ampliación al mandato del ente normalizador, pese a que era una directriz de la Fifa.

Al máximo ente se le acabó la paciencia y suspendió al balompié nacional y aún fue más allá: indicó que no retiraría el castigo hasta que no sea aprobada la reforma estatutaria.  Los combinados nacionales fueron los primeros en experimentar el temible correctivo.

La brasa se mantiene ahora en el Congreso de la República, el que deberá aprobar una enmienda a la Ley Nacional de la Cultura Física y el Deporte para que la ansiada modificación a los estatutos logre concretarse.

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