Hoy —13 horas—, contra Honduras, intentará alcanzar nuevamente la gloria, tal y como ocurrió en el 2011, cuando se logró la clasificación a la copa de Colombia.
Los guatemaltecos, comandados por los entrenadores argentinos Iván Franco Sopegno y Carlos Ruiz, intentarán obtener la clasificación a Nueva Zelanda, para darle un alivio al ajetreado y criticado futbol nacional.
Como todo equipo de futbol, con fortalezas y debilidades, el duelo medirá a dos selecciones con estilos, realidades y características diferentes.
El conjunto guatemalteco ha mostrado dos caras en el certamen. La primera, cuando cede la iniciativa del juego, como lo hizo en el empate frente a Estados Unidos (1-1), y en la derrota contra Panamá (0-1); y la segunda, cuando propone desde los minutos iniciales, como sucedió en los triunfos frente a los equipos del Caribe: Jamaica (1-0), Trinidad y Tobago (2-0) y Aruba (2-0).
El orden y el repliegue defensivo es lo que más ha sobresalido de la Bicolor cuando le ha tocado defender —solo dos goles le han anotado—.
Los circuitos de posesión, la velocidad por las bandas y la alta efectividad son las fortalezas de la Azul y Blanco cuando toma las riendas del juego.
Por su parte, Honduras sigue fiel al estilo de juego que ha mostrado en los últimos años.
En la parte ofensiva, cuenta con jugadores veloces y fuertes, determinantes a la hora de definir. Bryan Rochez —cuatro dianas— es su carta goleadora. De las 12 selecciones del certamen fue la tercera que más anotó —11—, solo por detrás de México y EE. UU.
En la parte defensiva no ha tenido el mejor torneo, y ha recibido nueve anotaciones. Dos de El Salvador, tres de México y dos de Haití y Canadá.
El día decisivo llegó. El 24 de enero será testigo para marcar la gloria o un nuevo fracaso de otra selección nacional.