Deportes

Wálter Claverí es un pedagogo por excelencia

El estratega nacional Wálter Enrique Claverí no se acrecenta por ser el estratega de la selección nacional de futbol. Sus principales atributos continúan siendo la humildad y serenidad.

El técnico nacional Wálter Claverí se dirige a los seleccionados durante el entrenamiento en el Proyecto Goal. (Foto Prensa Libre: Edwin Fajardo)

El técnico nacional Wálter Claverí se dirige a los seleccionados durante el entrenamiento en el Proyecto Goal. (Foto Prensa Libre: Edwin Fajardo)

Los campos de futbol de San Pablo Jocopilas, donde nació, y San Antonio Suchitepéquez, donde creció, sufrían una severa transformación cuándo   Wálter Enrique Claverí Alvarado los pisaba para jugar el deporte rey del país.
Como auténticos camaleones,  los recintos sentían la obligación de  modificarse en verdaderos templos de sabiduría cuando el actual técnico de la Bicolor se encontraba presente.

Claverí detectó, cuando apenas  era  adolescente, que su gran pasión sería la instrucción y formación  de futbolistas, una profesión que se acoplaría a la perfección con su carrera de nivel diversificado: Maestro de Educación Primaria Urbana.

“Siempre me ha gustado enseñar e investigar. Disfruto cada vez que comparto conocimiento”, indica el extimonel de Suchitepéquez.

Para cumplir su gran cometido, el oriundo de la finca Madre Mía de San Pablo Jocopilas, Suchitepéquez, tuvo que desarrollarse como futbolista profesional para aprender las destrezas que más adelante se convertirían en sus principales herramientas como estratega.

Debut juvenil

“Cuando tenía 14 años comencé a entrenar con la especial de Suchitepéquez y a los 16 logré debutar con el equipo mayor”, recuerda el exvolante central.

“Tuve el honor de vestir en varias ocasiones la camisola de la Selección Nacional. Me tocó integrar la camada que ganó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983. Lastimosamente me tuve que retirar a los 30 años por una severa lesión”, agrega nostálgico el padre de ocho hijos.

Dieciséis años con los mazatecos, con quienes se proclamó campeón en 1983, en el  único título de los venados, le sirvieron a Wálter Claverí para patentizar su gran amor por el cuadro sureño, mismo que pregonan sus herederos, de los que solo uno sigue sus pasos, entrenando para el equipo femenino de Xelajú MC.


“Mi hija menor fue la única que quiso inmiscuirse en el mundo futbolístico. Entrena en Quetzaltenango con el profesor Amado Anleu. Está muy entusiasmada. Mi labor es  continuar apoyándola. Mis otros hijos se dedicaron a seguir estudiando en la universidad”, explica el estratega quien también posee estudios superiores en Pedagogía.
  
Cuando su retiro era inminente, Juventud Retalteca lo invitó para que jugara con ellos una campaña, la que serviría para coronar su gran carrera como futbolista.

“Aunque ya no estaba en condiciones de jugar, firmé con Retalhuleu porque la invitación fue muy cordial y el técnico me había solicitado. Fue apenas mi segundo equipo”,  refiere el técnico, mientras los seleccionados se despiden de él, después de su primer morfociclo —estructura semanal de la periodización táctica— al frente de la Bicolor por segunda ocasión —en 1999 dirigió la Azul y Blanco Sub 23, en los Juegos Panamericanos de Winnipeg—.

Preferencias

Enamorado del modelo de juego  que impregnan en sus armados el español Pep Guardiola —Bayern Munich— y el inglés Arsene Wegner —Arsenal—, y de la metodología —periodización táctica— del portugués Vitor Frade, que ha hecho famosa José Mourinho,  Claverí acepta que no se inspiró en un técnico en especial para desarrollarse en esa profesión, porque su sueño  comenzó desde la adolescencia.

“Ocho años después de que dí mis primeras patadas al esférico en  la escuela oficial de San Pablo Jocopilas, cuando tenía 7 años, supe  que quería dedicarme a la dirección técnica. El uruguayo Julio César Cortés me ayudó a inspirarme en los aspectos humanos”, describe Claverí.
 

El arte de transmitir conocimiento lo ha obligado a que los libros, una computadora y el internet, sean sus mejores amigos; con quienes disfruta el mundo apasionante del futbol.

En el futbol hay que tener conocimiento,  valentía y disciplina. Me gusta manejarme sobre esas tres máximas”, expone el hijo de Gilberto Claverí (q.e.p.d) y Consuelo Alvarado (q.e.p.d).

“Cuando estaba en Mazatenango pagaba conferencias en vivo de España a través del portal Futbol Táctico  e invitaba a presenciarlas a mis compañeros técnicos. Me gusta comprar y regalar libros, porque no todos tienen la posibilidad de adquirirlos. Tengo  mi propia  colección, en versión escrita y  digital”, adiciona Claverí, quien en estos momentos como seleccionador nacional lee Otra manera de ganar de Pep Guardiola y el Ataque y Defensa de Jürgen Klopp.

Momento perfecto

Claverí reconoce que llega a la Bicolor absoluta en uno de sus mejores momentos. Se siente más maduro y consciente en la toma de sus decisiones.
 
“Me siento en una de mis mejores etapas. La experiencia me ha ayudado a ser más maduro y certero con mis determinaciones”, expone el timonel con raíces francesas.

Mi papá me contaba historias de que mi abuelo era un comerciante que vino de Francia para  negociar sus productos en  Puerto Barrios. Luego se trasladó a Sanarate para formar una familia. Mi padre, a quien conocí hasta los 16 años, nació allí y jugó con ellos en Liga Nacional. También participó con Quiché y con Hospicio —después se llamó Comunicaciones—. Además fue seleccionado”, indica melancólico Claverí, en  aquellas conversaciones que sueñas con que nunca terminen.

El lunes 18 de enero, cuando fue presentado como el nuevo cerebro de la Azul y Blanco, quedará guardado por siempre en la mente y corazón del timonel, aunque afirma que su vida no ha cambiado mucho porque todo lo toma con “tranquilidad”.

“Sigo siendo el mismo, aunque uno  se vuelve uno más mediático. No han sido muchos los cambios. Tengo la creencia que hay que  poseer tranquilidad siempre; tanto dentro y fuera  de la cancha”, afirma quien reside desde su llegada a la Sele en el Proyecto Goal.


“Solo viajo los fines de semana para estar con mi familia. Entre semana me dedico a planificar  junto al cuerpo técnico y observar vídeos y jugadores. Estoy cómodo en el Proyecto Goal”, confiesa  el Clavo.

Respecto del estilo de juego que le impregnará al conjunto nacional, Wálter Enrique tiene demasiada claridad. La verticalidad y los pelotazos quedarán en el pasado y el futbol combinativo será el que reinará.
 
“A nivel local funciona el juego largo, pero a escala internacional no nos ha traído ningún resultado.  No creo que jugando a los pelotazos podamos competir. Desarrollaremos un juego de posesión, regresaremos a nuestras verdaderas raíces”, enfatiza.

El orgullo de Suchitepéquez dijo que mantendrá su mismo estilo de dirección de partidos como con los venados porque al jugador “no hay que molestarlo”.

“El futbol es de invención, y no sucede como en el Play Station. Al jugador no hay que  molestarlo. Hay que hablarle en casos puntuales. En el juego no todo puede estar preparado”, asevera.

El extimonel de Xelajú MC dijo que en su primer morfociclo de trabajo le recetó a los futbolistas varios consejos para digerir su filosofía de juego.

“El futbolista nacional es muy técnico e inteligente; tácticamente  está mejorando. Les hice conciencia  que la Selección es el máximo equipo con el que pueden competir. No es cuestión de colores. Incluso,  deben tratarse como hermanos”, puntualiza el amante de la periodización táctica.

ESCRITO POR: