El plan de seguridad, presentado hoy, contempla el uso de 41.000 militares durante los Juegos, 21.000 de ellos en Río de Janeiro y el resto en las otras cinco sedes en que se realizarán partidos de fútbol, además de las fronteras y otros puntos.}
A pedido del Gobierno regional de Río de Janeiro se decidió aumentar el contingente en 4.000 militares con respecto a los cálculos iniciales, que contemplaban el uso de 38.000 hombres.
Las Fuerzas Armadas desplegarán doce barcos y otras 48 embarcaciones de menor tamaño, 70 carros blindados, que se usarán en las calles, además de 28 helicópteros, 1.169 vehículos y 174 motocicletas.
Los militares realizarán tareas de patrulla en las principales carreteras y avenidas de Río de Janeiro, además de en el aeropuerto, las estaciones de tren y autobús y los alrededores de las zonas de competición.
La vigilancia de los lugares turísticos, como las playas de Copacabana e Ipanema, y otras zonas de la ciudad correrá a cargo de la Policía Militarizada de Río de Janeiro.
El acceso a los estadios y las instalaciones olímpicas será regulado por la Fuerza Nacional de Seguridad, un cuerpo de elite que depende del Ministerio de Justicia y que está integrado por policías de todo el país.
Este martes el Gobierno también anunció que se realizará un refuerzo en la seguridad en los aeropuertos, atendiendo a una petición que partió de las compañías aéreas.