Una tropezón, a un kilómetro de la llegada, hizo caerse a la joven. Diro había intentado en un primer momento calzarse la zapatilla, pero dándose cuenta de que perdería mucho tiempo, la lanzó al suelo y reanudó la carrera con el pie desnudo.
Un eco de admiración en el estadio olímpico acompañó la remontada de la etíope Diro, particularmente incómodo con su pie descalzo en el paso del foso de agua.
La mediofondista adelantó a cinco rivales para terminar séptima, a 20 segundos de su récord personal y en lágrimas.