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Un nuevo amanecer para Érick Barrondo

El marchista Érick Barrondo se presentará este viernes a las 11:30 en su primera prueba en Río de Janeiro, en los 20 kilómetros marcha.

Érick Barrondo aseguró sentirse tranquilo y listo para la competencia de este viernes. (Foto Prensa Libre: Jeniffer Gómez)

Érick Barrondo aseguró sentirse tranquilo y listo para la competencia de este viernes. (Foto Prensa Libre: Jeniffer Gómez)

 Abrió los ojos y mientras tenía la mirada clavada en el techo, sintió una punzada de emociones en el estómago, pero no se dejó subyugar. Cuatro años después, Érick Barrondo tiene el mismo sentimiento, pero un nivel diferente de madurez para afrontar las situaciones.

Las calles de The Mall y Constitution Hill, en la elegante ciudad de Londres han quedado atrás para el héroe nacional. Siempre estará incrustado en su corazón el circuito que lo vio convertirse en leyenda, pero hoy, lo espera la pista de la Playa Pontal, para un capítulo más.

Érick Barrondo, seleccionado nacional de marcha.


La ciudad medieval, distinguida por su heterogénea arquitectura, acogió a Barrondo en el 2012, cuando pocos reconocían su nombre; cuando él tenía 21 años y no divisaba la magnitud de lo que estaba por lograr.

Luego llegó la algarabía. La historia. El giro de 180 grados. Una serie de eventos que acontecieron después de la medalla de plata en los 20 kilómetros en aquella ocasión, lo tienen hoy de vuelta en otra aventura olímpica. En esta ocasión, Río de Janeiro lo cobija en espera de otro episodio glorioso.

“No puedo vivir de glorias pasadas”, dijo horas antes de su nueva aventura. El clima es distinto, el entorno es otro, las circunstancias son “totalmente diferentes”, aunque el anhelo por brillar está intacto.

Sin presiones

Ayer, después de despertarse y tratar de obviar lo poco que falta para saltar al asfalto de la Playa de Pontal, Barrondo trató de mantener la rutina diaria, sin alterar nada para no caer en el juego de la ansiedad.

“Bohdan (Bulakowski) nos pasó a traer a José Raymundo y a mí para que fuéramos a desayunar. Teníamos que estar listos para el entrenamiento de las 11 de la mañana”, relató Barrondo. Los marchistas se entrenaron de manera leve dentro de la Villa Olímpica.

Después de la práctica, regresó a su habitación para tomar un baño y prepararse para el almuerzo. “La comida no es muy buena”, dijo el marchista, con lo que confirmó el sentir de varios de los atletas que se hospedan allí. “No se compara con lo de Londres, aunque hay variedad para escoger”, agregó.

Érick Barrondo, seleccionado nacional de marcha.


El día de Érick fue tranquilo. Preparó el uniforme que utilizará en la prueba de hoy y posteriormente tomó una siesta para reponer fuerzas y estar a punto. Después se dirigió a la Zona Internacional de la Villa Olímpica para conversar con Tododeportes de Prensa Libre.

“Trato de no pensar en la competencia de mañana (hoy), así no me pongo nervioso y solo pienso que pasará lo que Dios quiera que pase”, reconoció Érick Bernabé, con el rostro serio, no de enojo sino de total concentración.

Por un instante se distrajo al ver la desmesurada fila de atletas para ingresar a un restaurante de comida rápida. “A mí no me gustan las hamburguesas”, dijo entre risas.

El viento en Río de Janeiro sopla  y fuerte. El circuito que albergará a los 74 marchistas que tomarán parte en la prueba de 20 kilómetros de la edición 31 de los Juegos Olímpicos luce espectacular. El paisaje que lo acompaña es inmejorable, con la playa a unos cuantos metros del asfalto. La brisa alcanza a quien camina por la orilla. Eso sí, el viento está siempre presente.

Los niños corren alrededor de las vallas que marcan el área de competencia. Algunas mujeres pasean a sus perros   y otros recorren el asfalto en bicicleta. El ambiente es familiar y todos se pasean y fotografían en la sede de la marcha atlética, que tiene un recorrido bastante plano e impecable.

“Yo no conozco el circuito, pero no importa, las circunstancias van a ser las mismas para todos. No hay que poner excusas por eso”, dijo Barrondo con total seguridad. En cambio, el entrenador polaco Bohdan Bulakowski, sí visitó ayer la sede para definir los últimos detalles.

El atleta de 25 años, que en su niñez comía tortillas con sal y no tenía tenis, pasó de todo el éxtasis que le provocó Londres 2012, a un estado de sensatez que trata  no perder, aunque esté a un paso de competir en sus segundas justas. Se le nota sin una pizca de ansiedad. “Hoy voy a poder dormir tranquilo”, dijo.

Después de conquistar Londres, Barrondo va por Río de Janeiro. De Europa a Sudamérica y de Guatemala para el mundo. No promete nada, mide sus palabras, aunque  asegura que una vez más, dejará el alma en cada paso que dé. Cada gota de sudor será por su país, por un sueño y por romper nuevas barreras.

Así, con esa mentalidad, Barrondo se despidió para volver a su habitación y descansar el mayor tiempo posible, para hoy escribir una nueva historia en la marcha atlética mundial.

La ilusión del debut

El quichelense José Raymundo no puede creer lo que está viviendo. Hoy debuta en los Juegos Olímpicos, en la prueba de 20 kilómetros de marcha junto a Érick Barrondo, y con esto, cumple el sueño de su vida.

“Yo miraba a Érick Barrondo y a Jaime Quiyuch en la tele, cuando compitieron en Londres y ahora no puedo creer que estoy con ellos en los Juegos Olímpicos. Estoy muy emocionado por poder representar a Guatemala y espero hacer las cosas bien”, dijo el atleta.

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