Inglaterra volvió a dar su peor cara, esa que le ha hecho descender en la Nations League y por la que tanto se critica a Gareth Southgate. La constante sensación con la que Inglaterra convive es la de que una de las mejores generaciones en décadas está desaprovechada, está a expensas de algún destello de calidad de los enormes futbolistas que atesora.
Cuando esto no ocurre, el resultado es un partido plomizo, como el de este viernes en Al Khor. El vacile estadounidense desde la grada, riéndose de la eterna discusión: si football o soccer, no era un pasatiempo para evitar mirar lo que ocurría en el campo. Era la prolongación de una Estados Unidos que estaba maniatando a sus ‘hermanos’ y siendo mejor equipo. Solo les faltó definir.
Inglaterra no dio un sorpresón como hace 72 años, cuando dejó virtualmente eliminados a los ingleses en Brasil 50, pero si les dio una lección y les puso sobre la mesa una realidad: el futbol estadounidense ha evolucionado y es capaz de desactivar el inglés.
Tras dos jornadas, Inglaterra lidera el grupo con cuatro puntos, Irán es segunda con tres, Estados Unidos tiene dos y es colista Gales con uno.