Es claro que las industrias más afectadas en todos los países centroamericanos y a nivel mundial han sido las de turismo, transporte y hospitalidad y son las que más deben analizar la forma en que se podrán reactivar en los siguientes meses.
Sin embargo, los impactos se deben atender en diferentes dimensiones, en función de la industria, según la clasificación que hizo Deloitte:
- Industrias poco o nada afectadas: productos básicos de consumo (alimentación, higiene, etc.), comercio online, servicios de transformación digital, etc.
- Industrias afectadas coyunturalmente: aquellas a las que el COVID ha impactado en gran medida, pero para las que se espera una recuperación rápida cuando se supere la crisis (manufactura, educación, construcción, etc.)
- Industrias afectadas a largo plazo: aquellas cuyos modelos de negocio se verán afectados a largo plazo por el cambio de hábitos derivados de la pandemia (transporte, turismo, hospitalidad, etc.)
Cómo enfrentar la reapertura
Para Baselga, lo primero que deben hacer las empresas es evaluar si están preparadas para la reapertura, y esto se puede lograr a través de la planeación de escenarios económicos, con su respectiva recuperación.
“Entre este análisis es necesario tener en cuenta los protocolos de bioseguridad establecidos por el Gobierno, así como los que se ha recomendado a nivel global, el conocer cómo pueden cambiar los hábitos del consumidor, cómo fui impactado en mi industria, cómo se encuentra mi empresa financieramente” indica.
“Según el negocio, lo más probable es que sea necesario replantear la estrategia y el modelo de negocio actuales, utilizando un enfoque diferente” añade.
Deloitte identificó tres fases en las cuales los actores económicos pueden adaptarse al nuevo normal:
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- Prepararse: qué consiste en construir un entendimiento de la nueva normalidad y cuyo objetivo es gestionar la continuidad del negocio.
- Responder: Consistente en Identificar oportunidades y retos para la compañía con el objetivo de aprender y resurgir más fuertes.
- Prosperar: Desarrollar un plan de acción hacia el futuro, alineado a la visión y estado de la compañía y donde buscamos prepararnos para la nueva realidad
4 estrategias críticas
Dentro de esta estrategia las empresas deberán considerar durante la reapertura económica:
Mitigar el riesgo, mantener la continuidad operativa y preservar el flujo de efectivo
- Incrementar la visibilidad en la calidad y en el servicio a clientes, así como en la cadena de suministro y operaciones.
- Mantener el foco en el flujo de efectivo, anticipando quiebras y asegurando financiamiento.
- Asegurarse de que los protocolos de riesgos del negocio están ejecutándose de manera adecuada.
Enfocar el liderazgo en las relaciones con clientes y empleados
- Priorizar operaciones para permitir un regreso paulatino, administrando y reduciendo la complejidad del portafolio de productos y servicios, y reevaluando precios y contratos con clientes.
- Tener claro los roles de liderazgo durante la reapertura, descentralizando la toma de decisiones.
- Apoyar la salud física y emocional de los empleados, con esfuerzos que estén alineados con la estrategia de negocio.
Reiniciar las cadenas de suministro de manera sincronizada
- Visualizar un proceso dinámico de ventas y planeación de operaciones, con un enfoque en las restricciones de la cadena de suministro.
- Asegurar la disponibilidad logística, considerando rutas y medios alternativos, revisando costos e implicaciones en los acuerdos de distribución.
- Mejorar la visibilidad con los socios en la cadena de suministro.
Mantener el foco en los indicadores externos
Dar seguimiento constante a los distintos indicadores para intentar anticipar cualquier disrupción adicional (Indicador Global de Actividad Económica, altas/Bajas IGSS, ventas retail, producción de manufactura, índices bursátiles, precios de commodities, tasas de interés).