Según el acuerdo, Argentina pagará un mínimo de 1,150 millones de dólares antes de 2015 y el pago siguiente no se exigirá hasta mayo de 2016.
“El pago inicial, en el marco de un compromiso formal de Argentina para cancelar integralmente los atrasos, es una etapa necesaria e importante para normalizar las relaciones financieras entre los acreedores del Club de París y Argentina” , destaca el comunicado.
La prensa argentina destacaba en sus ediciones online que el país sudamericano había logrado que el acuerdo excluyera un monitoreo del Fondo Monetario Internacional (FMI) , como lo exigían algunos países del Club, para aprobar la refinanciación.
Argentina estuvo representada en las negociaciones por el ministro de Economía, Axel Kiciloff, uno de los pilares del gobierno de centroizquierda de Buenos Aires.
El ejecutivo de la presidenta Cristina Kirchner, que llegó al poder en 2007, anunció en 2008 su intención de pagar la deuda acumulada desde 2001, cuando el país se declaró insolvente para pagar sus deudas.
En los últimos diez años, tras haber renegociado un pasivo de cerca de 100,000 millones de dólares y haber obtenido reducciones de cerca del 70% por parte de sus acreedores, Argentina logró pagar el 93% de su deuda.
Pero varios fondos especulativos estadounidenses, denunciados en Argentina como “fondos buitres” , han llevado al gobierno argentino a los tribunales porque rechazan la reestructuración.
Las discusiones entre Argentina y el Club de París tomaron un nuevo impulso en enero pasado durante un viaje que el ministro argentino de Economía, Axel Kicillof, que forma parte del círculo de asesores más próximos de la presidenta Kirchner, hizo a la capital francesa.
Kirchner había anunciado en dos oportunidades anteriores la intención de refinanciar la deuda. La reactivación de la negociación responde a una estrategia de la presidenta argentina apara poner al país de nuevo en el radar de los inversores.
Argentina y los fondos especulativos que se niegan a sumarse a las reestructuraciones de la deuda libran una batalla legal ante la Corte Suprema de Estados Unidos, con implicaciones que van más allá de las partes porque podrían condicionar futuras reestructuraciones.
El pasado martes Buenos Aires presentó sus argumentos finales ante la Corte e insistió en su compromiso de pagar a los acreedores que aceptaron sumarse a la reestructuración de la deuda con fuertes quitas.
También pidió al tribunal que revise decisiones “equivocadas” de tribunales inferiores que fallaron a favor de los fondos.
Los “fondos buitre” decidieron no sumarse a la reestructuración porque compraron deuda ya en default, como el caso de NML y Aurelius, y luego llevaron el caso ante los tribunales para obtener el reembolso de la totalidad de la suma inicialmente emitida.
La Corte Suprema se pronunciará en junio sobre la petición argentina.
