La disminución de la carga impositiva, retroactiva a enero pasado y que afecta a quienes ganen hasta 25,000 pesos (2,800 dólares) , es decir siete de cada diez asalariados que pagan el impuesto, supondrá aumentos en el bolsillo de entre el 3 y el 6 %, dependiendo del sueldo y la carga familiar.
La decisión fue dada a conocer el pasado lunes por el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, en medio de fuertes presiones de los sindicatos, muchos de los cuales se encuentran aún en negociaciones con los empresarios para actualizar los salarios de 2015 y compensar la pérdida de poder adquisitivo derivada de la elevada inflación.
La modificación del impuesto de las Ganancias se ha convertido en uno de los principales campos de batalla entre el Gobierno y los sindicatos argentinos, que paralizaron el país con una huelga el pasado 31 de marzo.
Desde el Gobierno de Cristina Fernández defienden la necesidad de mantener el impuesto a las Ganancias, que grava los salarios más altos, para costear las políticas sociales y redistribuir la riqueza.